Según la Agencia UPI, crónica de Ben Hopper, con fecha del 07 de noviembre del 2024, una carrera del huevo con cuchara en México establece un nuevo récord Guinness en dicha modalidad, con más de 2.700 participantes.
Me pregunto, ya que nuestra sociedad, país, nación y Estado —nuestro terruño ibérico— es un gran consumidor de huevos y de crianza de aves, si también nosotros, en alguna zona de nuestra sociedad, ciudad o región, podríamos intentar, primero, realizar una carrera con este fin y, en segundo lugar, con el tiempo, también plantearnos un récord.
El juego, porque esta actividad sería un juego, tiene múltiples fines y finalidades. Los humanos disponemos de una necesidad, casi innata, de olvidarnos de las realidades presentes que nos acucian, y una manera de conseguir este fin es con el juego, siempre que este sea legal y moral. No cabe duda de que, en este caso, cumpliría ambos fines. Es una actividad que podría ser jocosa, alegre, y que se puede unir a cualquiera de las fiestas que celebramos en nuestro terruño: fiestas patronales, mezclas de mundo secular y mundo religioso.
Podrían incentivarlo o situarlo alguna de las empresas de aves y criaderos que se extienden por toda la geografía ibérica; podrían incluso ser varias. Nadie tiene por qué quedarse con la originalidad o novedad. No sé si en España se ha celebrado alguna de estas carreras, o habiéndose realizado, ha trascendido a los sistemas de información. En principio, es un juego más, pero que podría tener diversidad de funciones y finalidades. Existen tres variedades: una con cuchara y huevo fresco, por tanto, si se cae se rompería; otra con huevo cocido, y otra con bolas de papel. Sea la forma que sea, tendría que estar reglamentado y con los controles propios.
Por supuesto que podría tener diversidad de reglas; ya sabemos que todo lo que toca y roza el ser humano puede tener variedades, por ejemplo, de distancia. La carrera podría ser una distancia de cien o quinientos metros. Podría otorgarse un premio o galardón a quien llegue primero. En fin, todas las variedades que ustedes quieran. Puede ser, simplemente, el número de participantes para buscar el Récord Guinness.
Este juego es, diríamos, popular; de alguna manera ha estado en la historia humana ya mucho tiempo. En inglés dispone de un nombre: "BOHS Eggs and Spoon Race", dato que obtengo de la ballena de informaciones que es Internet. No soy tan listo, ni tengo tanta memoria, ni sé tanto inglés... pero sí creo que este juego puede unirse a las fiestas generales que se celebran en España. Por ejemplo, a ferias gastronómicas que puedan tener relación con esta temática, como las de la tortilla o similares.
También no podemos infravalorar el valor de la relación de una industria o empresa con esta actividad: la publicidad que le podría otorgar. Hoy, que todo acontecimiento deportivo —perdonen que no exprese la palabra "evento", que personalmente no me gusta; creo que el término "acontecimiento" lleva ya más profundidad, esencialidad y matices—. Pues se pueden unir, evidentemente organizándolo de forma correcta: fiesta, juego, deporte, economía, empresa, publicidad, turismo, etc.
El ser humano necesita reír y sonreír. Se dice, no sé si es verdad, que incluso un grupo de personas —lo digo con el sumo respeto—, por lo general judíos, que estaban en los hornos de Auschwitz introduciendo a personas fallecidas, por lo general judías, y siendo ellos judíos, sabiendo que terminarían al cabo de unos meses como ellos, dicen —reitero y repito, no sé si la información es verdadera, y lo digo con el sumo respeto— que de vez en cuando se reían, según algunos testimonios.
El ser humano necesita reírse: reírse de las cosas, reírse de sí mismo, incluso reírse de todo. Es como una necesidad que nos equilibra, nos armoniza. No vamos aquí a narrar las cinco o seis grandes teorías explicativas psicológicas y morales que existen sobre este tema. Pues bien, esto del huevo con cuchara podría ser una faceta más para la sonrisa, el ocio, el entretenimiento, la publicidad, la fiesta, la jocosidad... Una necesidad, más en este mundo con tantas complicaciones, con tantas polémicas y con tantas enervaciones.
Por otro lado, me produce una pequeña pena que se estropee un alimento, un huevo, estando la situación mundial como está. Pero, en fin, también la risa y la sonrisa podrían ser necesarias; la relajación de la sociedad y del país parece que también son necesarias, es casi urgente la necesidad de la risa en nuestra sociedad. A veces digo, escribo, me digo y me escribo: todos los telediarios deberían estudiar poner varias viñetas al final, de humoristas gráficos de nuestra sociedad. Quizás sería una pequeña vitamina de y para sonreír, para relajarse...
¡Hasta aquí llega mi labor como modesto columnista de opinión; ya lanzo este huevo sin cuchara, para si alguna entidad quiere recoger la propuesta, sugerencia, carta o iniciativa del juego de carreras con huevo con cuchara! ¡Paz y bien!
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© jmm caminero (09-17 noviembre 2024 cr).