Autónomos o Autómatas

15 de diciembre 2021
Actualizada: 18 de junio 2024

Hay una realidad inmutable en el trabajador autónomo y es la ingenuidad. Como cuando un viajero que visita Cuba te dice que conoce la isla; sin saber que lo que realmente domina es lo que el régimen quiere que distinga

Hay una realidad inmutable en el trabajador autónomo y es la ingenuidad. Como cuando un viajero que visita Cuba te dice que conoce la isla; sin saber que lo que realmente domina es lo que el régimen quiere que distinga.

Así es la inocencia del autónomo. Esas personas que, de forma habitual, desarrollan una actividad económica a título lucrativo, manteniendo esa ilusión que les ha empujado a emprendedor. Un encarnizado sueño que le acompañará el resto de sus días y noches, y se resume, básicamente, en mantener a flote su negocio. Pero hay algo verídico en el autónomo, que tanto sus incondicionales como sus detractores dominan, y es que son organismos autómatas en el sentido arancelario, pues es por la sociedad conocido el coste que tienen que tolerar estos soñadores atrevidos.

El autómata, es una máquina dotada de mecanismo sin reflexión y sin voluntad. Por tanto, los autónomos de ilusiones son autómatas de impuestos, ya que sus negocios toleran los propios gastos de su actividad. Con los cuales, claramente, se genera riqueza y con ello músculo a la organización económica. Pero estos emprendedores, deben a regañadientes asumir además de la lógica declaración de sus ingresos trimestrales, la polémica cuota; esta que se va a volver a ver incrementada otra vez, el próximo mes de Enero. Es cierto que con ella se le cubre al emprendedor en situaciones de asistencia sanitaria, incapacidad, baja y determina la cuantía de su pensión de jubilación. Pero este país a la cola en cuanto a retorno de nuestro dinero en la hucha de las pensiones y con una Seguridad Social que invierta mal nuestro dinero, nunca tendremos pensiones dignas. Pero pasará lo de siempre. Volveremos a escuchar, por parte de los autónomos, el silencio de un patio de butacas vacío. Y del Gobierno, pues cosas como la campaña de la huelga de los juguetes, que ni celebro ni refuto pero con la que está cayendo quizá deban centrarse en otras cosas.

Y en el futuro, volveremos a escuchar cómo nos hablan de cambiar esta ley y esta cuota, personas que nunca han emprendido. Como si de leyes de educación se tratase, viéndonos como simples autómatas de impuestos. Sin contar con que las políticas orientadas al emprendimiento y los autónomos, lo que deben es luchar por evitar la economía sumergida e incentivar la actividad, pues esta última es la que genera riqueza. Que el autónomo lo que quiere es trabajar tranquilo, protegido y de manera responsable. Sin paguitas ni ayudas que son como la Wi-fi, están pero no se les ve, sin entrar en la maraña de condicionantes, requisitos, disposiciones, justificaciones, avales o facturas que se requerían para alcanzar las pregonadas.