Discreto, fiel a lo que marcó su corta pero interesante y fructífera trayectoria política, nos abandonó. Dejó su Pontevedra de adopción y corazón Francisco Javier 'Pancho' Cobián: el "Alcalde", nuestro alcalde durante 4 años, complicados, pero que fueron suficientes para conseguir dejar profunda huella de bien hacer.
'Pancho' supo estar, y aún más, supo "irse" cuando vio que la política tenía más espinas que rosas y que, sometido a la disciplina de un partido, o "tragabas" con los que mandaban o poco recorrido te quedaba. Y a pesar de ello, tuvo las agallas suficientes para anteponer Pontevedra a cualquier otra cosa, aunque ello le supusiese enfrentarse a Manuel Fraga, que por entonces era "palabra de Dios" para los suyos. No le sirvió de mucho, porque el "León de Vilalba" en aquel entonces era mucho león, pero 'Pancho' dejó claro que él no iba a ser "cordero" y si no le dejaban defender los intereses de su ciudad se iría para su casa, sin hacer ruido.
Para el recuerdo queda su frase "quise hacer más cosas de las que me dejaron", definitoria de lo que pudo ser y no fue por mor de intereses políticos ajenos. Y aún así, en solo 4 años de mandato dejó para la posteridad hechos como la construcción del puente de los Tirantes, del Pazo da Cultura, o la adquisición del cuartel de San Fernando, actual sede de Belas Artes. 'Pancho' fue el principal impulsor del campus local y quizás en esa lucha encontró la primera piedra en el zapato que le hizo plantar cara a su propio partido, cuando desde la Xunta de Manuel Fraga se optó por Lugo como sede de la Escuela de montes, pretendida por Pontevedra.
Luego vinieron los obstáculos a otros grandes proyectos que tampoco se pudieron materializar, pero que reflejaban la enorme visión que tenía para "su" ciudad. Propuso construir una gran ciudad deportiva en la junquera de Alba; pretendió crear una gran área metropolitana con Pontevedra como eje, así como convertir los terrenos de Tafisa en una gran Ciudad del agua. No pudo ser...o mejor, no se lo permitieron. Su visión chocaba con intereses partidistas que postergaban a Pontevedra en beneficio de otros lugares. Y dijo adiós. En silencio, sin el más mínimo aspaviento. Manteniendo la discreción hasta llevarse a la tumba los secretos de tantas negociaciones, de tanta lucha por conseguir lo mejor para Pontevedra.
Nunca pretendió ser otra cosa más que un buen pontevedrés y colmó sus aspiraciones llegando a ser "el Alcalde" de una ciudad que con él empezó a despertar tras un largo período de letargo. Lástima que no le dejaran, que no le apoyaran.
Ni una mala palabra, a pesar de todo, salió nunca de sus labios. Supo apartarse y dejar paso a otros, sin perder casi nunca la sonrisa y nunca las formas.
Pontevedra pierde a quien fue un gran Alcalde. Alguien que quiso (y lo consiguió en buena medida) hacer grande a su ciudad. Puede que con él empezara todo. Puede que la ciudad de la que hoy presumimos en todo el mundo no hubiera sido posible sin su aportación. Es por ello que me atrevo a decir que su nombre bien merece quedar para siempre en el recuerdo, para los pontevedreses de hoy y del mañana. En el aire lo dejo y a quien corresponda le digo que esta ciudad está en deuda con 'Pancho' y que esa deuda debería saldarse con un reconocimiento público que bien podría ser dedicar una calle a su memoria, la calle "Alcalde Cobián"... Pocos con más méritos para tal honor.