27 días: ¿Tienes personas negativas en tu vida?

15 de diciembre 2024

Conozco a quienes, cuando les das los buenos días, parecen incapaces de responder con un "estoy bien". En su lugar, contestan con frases como: "aquí luchando", "podría estar mejor", "un día a la vez", o "no tan bien como tú". Esto te deja con esa incómoda sensación de que deberías preguntar más, indagar, o incluso ofrecer ayuda por algo que no sabes si realmente existe.

Luego están quienes parecen vivir con miedo constante. Si los invitas a tomar una copa, te dicen que es peligroso. Si los invitas a cenar, prefieren hacerlo temprano porque "de noche pasan cosas". Si sugieres viajar, lo descartan porque "no conocen el país y podría ser inseguro". Su conversación gira en torno al temor, y terminas sintiendo que deberías encerrarte en casa y clausurarte ahí para "estar a salvo".

También conozco a los que son totalmente negativos. Para ellos, no existe nada en el mundo que sea plenamente positivo o que pueda traer bienestar, sin antes empañarlo con posibles consecuencias negativas. Siempre hay algo que podría salir mal, y eso parece pesar más que cualquier beneficio.

Y no puedo olvidar a los que viven atrapados en el "qué dirán". Les preocupa tanto la opinión de los demás que rara vez se permiten ser libres y felices. La posibilidad de que alguien los juzgue los limita, y terminan renunciando a vivir con plenitud por miedo a ser señalados.

¿Conoces a alguien así? Permíteme compartirte algunas recomendaciones para tus encuentros con este tipo de personas:

Creo que esas personas tal vez necesitan escuchar palabras que resalten sus cualidades positivas y les hagan sentir valoradas. Al saludarlas, podrías comenzar con un cumplido sobre su ropa, su cabello o incluso su fragancia. Esto no solo cambia el enfoque de la conversación hacia algo más positivo, sino que también puede mejorar su ánimo. También puedes decirles que se ven muy bien o que te alegra mucho verlas. A veces, un pequeño gesto de calidez puede marcar una gran diferencia en su día.

En cuanto a las personas que viven con temores constantes o que ven problemas en todo, una buena estrategia es compartirles tus experiencias positivas al hacer las cosas que disfrutas. Hablarles de lo bueno que has vivido puede ayudarlos a ver las situaciones desde otra perspectiva. De manera sutil, puedes llevarlos a reflexionar sobre por qué perciben todo de forma tan negativa, ayudándolos a cuestionar esos temores o barreras que ellos mismos se imponen. A veces, el optimismo genuino puede ser contagioso y abrirles una nueva forma de mirar la vida.

La realidad es que no estamos aquí para cambiar a los demás. Solo podemos tratar de apoyarlos en aquello que somos capaces de observar, pero siempre desde el respeto mutuo, que es la base de cualquier relación. La mayoría de las veces, lo mejor que podemos hacer es escuchar con atención y aceptar su manera de ser y su visión de la vida, a menos, claro, que esas actitudes o reacciones te afecten directamente.

Personalmente, soy una gran defensora de las energías positivas. No hablo de perfección, sino de crear espacios ligeros y armoniosos. Los ambientes negativos no son algo que pueda manejar por mucho tiempo. Si eres como yo, ármate de paciencia y comprensión para ofrecer lo mejor de ti a quienes te rodean. Al mismo tiempo, asegúrate de cuidar tu entorno y tu alma; limpia tu mente y tu espacio de cualquier influencia externa que pueda desestabilizarte o perjudicarte. Mantener tu paz interior debe ser siempre una prioridad.