Yo me quedo en casa... y estudio

Pontevedra
18 de marzo 2020

En estos días en los que la vida se ha puesto patas arriba. Miles de estudiantes afrontan el desafío de seguir con su rutina educativa. PontevedraViva se ha metido en sus casas para ver como afrontan estos días de encierro.

Una estudiante de Secundaria siguiendo el curso por el Aula Virtual PontevedraViva

En estos días en los que la vida se ha puesto patas arriba. Miles de estudiantes afrontan el desafío de seguir con su rutina educativa. PontevedraViva se ha metido en sus casas para ver como afrontan estos días de encierro.

Internet es la clave de esta educación no presencial. Estamos ante una nueva forma de impartir docencia y, lógicamente, necesita ajustes.

El Aula Virtual del programa Abalar de cada colegio o instituto, plataformas como Edmodo, aplicaciones como Tokapp, los grupos de WhatsApp o de Instagram y el correo electrónico, se han convertido en herramientas imprescindibles para posibilitar el trabajo del alumnado desde casa.

Atrás han quedado los madrugones. El despertador ya no suena en casa antes de las nueve de la mañana. También han mejorado los desayunos, ahora más relajados y completos.

En el caso del alumnado de Primaria, los colegios aportan desde sus páginas web recursos, ideas, propuestas o sugerencias para poder seguir, en la medida del posible, el proceso de enseñanza desde el domicilio. 

Así, Antía nos cuenta que cada día visita el blog del aula donde los profesores han dejado las tareas, que en algunos casos tienen que entregar hechas por la tarde. Su hermano Anxo estudia en el instituto y él acude al Aula Virtual. Los profesores menos avezados en esta plataforma ya habían dejado deberes para ir avanzando en el temario como la elaboración de resúmenes y esquemas.

Otra estudiante, que también se llama Antía, nos añade que el de gimnasia les envió unas tablas para hacer todos los días y que por las tardes tiene pasantía por Skype. 

Guardar la disciplina en casa es más complicado porque hay muchos más estímulos y exige una mayor concentración, siempre hay algún asalto a la nevera o alguien que interrumpe. Por lo que distraerse es fácil.

Muchos se incorporan estos días a la corresponsabilidad con las tareas domésticas y la preparación de la comida suele reunir en la cocina a los pequeños de la casa.

Curiosamente, muy pocos estudiantes ven televisión. Y los informativos "agobian" a los más jóvenes. Las formas de ocio han cambiado y los chavales se entretienen con otras pantallas en las que siempre pueden mantener el contacto con sus amigos.

Andrea, una estudiante de Secundaria, nos explica que una parte de sus profesores "nos suben cousas ou ben todos os días ou só aqueles nos que teríamos clase con eles".

"É de agradecer que suban exercicios, apuntes e demais, xa que vista toda esta situación voltar antes de Semana Santa vai ser complicado ou máis ben imposible, e todo o que fan pois axuda a non perder o hábito de estudo porque a estas alturas sería moi malo perdelo", señala Andrea.

Como siempre, "hay cosas buenas y malas", y entre las segundas Aroa señala que algunos docentes "exageran" con la cantidad de tareas que encargan. "Ante esta situación hai que intentar levar todo o mellor posible", encaja Andrea con filosofía.

Más preocupados se muestran los de segundo de bachillerato. Uxío recuerda que el alumnado de este curso será "uno de los más afectados" ante el retraso de la prueba de la Abau, la conocida como selectividad, en la que se dirimen las calificaciones con la que cada uno puede optar a comenzar una carrera universitaria.

Para los que ya están en la Universidad los docentes "están mandando trabajo constantemente al correo" a sus alumnos. Algunos, incluso han tenido exámenes igualmente durante estos días "y están funcionando bastante bien" ya que de este modo "por lo menos no nos atrasamos", coincide en señalar un grupo de jóvenes.

Otra fórmula elegida para valorar a los estudiantes está siendo la elaboración de trabajos.

En algunos centros, mediante una videoconferencia, los profesores han explicado el funcionamiento del nuevo sistema por internet. El problema fue que éste se ha colapsado trastocando todos los planes. La falta de pericia y destreza digital de algunos profesores tampoco ha ayudado para resolver el problema. Hubo incluso un profesor que, en vez de facilitar las cosas, les ha encargado un trabajo "en grupo" en pleno confinamiento.

La casuística aquí varía, así hay algún docente que se graba en su casa dando clase, hasta aquí todo perfecto, pero a mala calidad de los audios y la forma de explicar del profesor llevó a que los alumnos no entendiesen algunas de las cosas. Como no era posible preguntar para resolver dudas, esta falta de interacción acabó por arruinar esta idea.

La más aplaudida fue una profesora que elaboró un power point complementado con audios en los que ella abundaba en las explicaciones "a esta profesora la queremos todos, porque es la única a la que entendemos y con la que no estamos perdidos, o sea: gracias "

Hay también un gran número de profesores "que no han dado señales de vida".

En cambio otros están mandando toda la materia de golpe lo que "abruma" a los estudiantes generando un "caos".

Casi todo el alumnado universitario coincide en que "seguramente se nos va a hacer todo muy cuesta arriba cuando volvamos y ellos son conscientes de eso". "Vamos a acabar pringando todos por eso", resume uno de ellos con resignación.