VÍDEO.- "Mala chispa coma aos que fan isto"

Pontevedra
11 de agosto 2016

La tarde fue tensa en los lugares de O Vilar, O Rañadoiro y Acevedo con las llamas a escasos metros de sus casas y, con la llegada de la noche, también al pie del colegio. El incendio quedó a las puertas del centro y obligó a suspender la ludoteca de este jueves 

Los bomberos recargan los depósitos de agua en las piscinas de Ponte Sampaio / Cristina Saiz

A las puertas de la medianoche, en el lugar de Vilar, en la parroquia pontevedresa de Ponte Sampaio, seguían alerta. Un grupo de vecinos veían preocupados cómo un fuego de dimensiones aparentemente pequeñas empezaba a pocos metros de las casas, por la carretera que va hacia O Rañadorio. Era ya para ellos una imagen familiar, pues ardía a muy pocos metros del lugar en el que las llamas arrasaban en la tarde del martes, muy pegado al punto dónde había ardido esa misma tarde. Pero no por conocida, causaba menos angustia. Ni tampoco por repetida, pues era la misma que se vivía a esa hora en muchos más puntos de la parroquia y en O Vilar eran conscientes de que, hasta el momento, habían sido los mejor parados.

El fuego que comenzó a las 16.44 horas de la tarde entre O Rañadoiro y Acevedo mantuvo a toda la parroquia en vilo durante la tarde y, ya entrada la noche, policías y bomberos les aseguraban que todo parecía bajo control y que, aunque el incendio no estaba extinguido, todo apuntaba a que no se expandería más. Pese a esas afirmaciones, aseguraban que "do lume nunca se pode fiar un, é moi traicioneiro". El temor seguía metido en el cuerpo mientras seguían viéndose focos sembrados por toda la parroquia, con especial virulencia en Acevedo, y a efectivos de la Policía Local, Protección Civil y los Bomberos ajetreados de un lado a otro. 

A lo largo de la tarde, la voracidad con la que avanzaban las llamas desplazó hasta Ponte Sampaio a un amplio operativo de medios de la Consellería de Medio Rural, pero ya entrada la noche la mayoría de los que quedaban haciendo frente a la situación eran efectivos pontevedreses. "Moito axudan, non paran", aseguran los vecinos, todos afanados a su vez en ayudar en las tareas del fuego, muchos incluso con mascarillas y pañuelas protegiéndoles boca y nariz de la intensa cantidad de humo.

Mientras a lo largo de la tarde el principal foco de atención eran las viviendas particulares, varias de las cuales tuvieron que ser desalojadas, en las útlimas horas del día el foco de atención era el colegio público. Situado al pie del río Verdugo, parecía protegido de la virulencia de los incendios que desde el lunes asolan Galicia, pero las llamas llegaron justo hasta la carretera de acceso al centro, dejando una imagen tan impactante que decenas de vecinos se acercaron para retratarla con sus móviles. La cercanía a la que llegó el fuego y las consecuencias que ocasionó alrededor incluso llevó a los responsables de la ludoteca que se celebra estos días allí a suspender la actividad

La tensión también llegó a las casas situadas al lado del colegio. En la última de ese vial de acceso, los bomberos tuvieron que sacar el agua de la piscina para ayudarse en las tareas de extinción de las llamas que llegaron justo hasta los muros de la casa monte arriba. Fruto de los nervios y los duros momentos vividos, surgieron las críticas por la falta de una boca de suministro en la propia carretera para casos como este, pero, sobre todo, la rabia hacia los responsables de toda esta locura. Convencidos de que se trata de un incendio intencionado, y de que lo mismo ocurre con las decenas de fuegos que siembran todo Galicia, imploraban: "Mala chispa os coma a todos, aos que fan isto".