VIDEO.- El parricida de Moraña, sentenciado a prisión permanente revisable

Pontevedra
06 de julio 2017
Actualizada: 17:05

El jurado lo ha tenido claro. David Oubel asesinó brutalmente a sus dos hijas, Candela y Amaia, con una sierra radial y un cuchillo de cocina. Lo hizo con alevosía y aprovechándose de que las niñas estaban "indefensas". La magistrada tampoco ha dudado. No ha demorado su sentencia y ha condenado 'in voce', en la propia sala, al parricida de Moraña a la pena de prisión permanente revisable

Veredicto contra David Oubel, el parricida de Moraña / Mónica Patxot
Sentencia in voce para David Oubel a prisión permanente revisable /

El jurado lo ha tenido claro. David Oubel asesinó brutalmente a sus dos hijas, Candela y Amaia, con una sierra radial eléctrica y un cuchillo de cocina. Lo hizo con alevosía y aprovechándose de que las niñas estaban "indefensas". El veredicto de culpabilidad ha sido unánime y, además, ya se ha traducido en una condena firme a prisión permanente revisable contra la que no cabe recurso.

La magistrada tampoco ha dudado. La titular de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, Nélida Cid, no ha demorado su sentencia y ha condenado 'in voce', en la propia sala, al parricida de Moraña a la pena de prisión permanente revisable. Es el primer español al que se impone esta medida, recogida en la última reforma del Código Penal y que ya se había pedido previamente en otros casos, pero sin llegar a imponerse. 

La sentencia dictada en sala es una posibilidad poco usada por los magistrados en casos de jurado y que no se había visto previamente en Pontevedra. Poco habitual es también que un fiscal se emocione con un veredicto como el de este caso, Alejandro Pazos.

Su trabajo duro y constante y su buen hacer en la sala logró el veredicto de culpabilidad por dos delitos de asesinato con alevosía con víctima menor de 16 años que hacía impepinable la condena a prisión permanente revisable y, cuando lo logró, rompió a llorar. Una vez que el jurado leyó el veredicto, fue su turno para pedir a la magistrada la condena y, en cuanto dijo "prisión permanente revisable", la emoción le pudo, se le quebró la voz y le cayeron las lágrimas

Tras poco más de hora y media de deliberaciones, el jurado alcanzó la unanimidad en todas sus decisiones. Ha considerado acreditado que Oubel actuó "con el propósito de acabar con la vida" de sus hijas Candela y Amaia, de nueve y cuatro años, y las mató haciéndole varios cortes muy profundos en el cuello usando una sierra radial eléctrica y un cuchillo de cocina, ocasionándole el degüello y la muerte inmediata por hemorragia masiva y shock hemorrágico. 

El tribunal entiende que lo hizo, además, con alevosía "aprovechando la indefensión" de las niñas, para lo que previamente les había hecho ingerir medicamentos relajantes "para adormecerla o lograr un nivel bajo de conciencia y evitar resistencia". En el caso de la niña mayor, además, la ató con una cinta americana y se produjo un pequeño forcejeo, pues no le habían hecho efecto los sedantes.

El juicio ha estado marcado por la confesión de David Oubel, que ha reconocido ante el tribunal haber matado a sus hijas y estar "muy arrepentido", descartando además que sufriese algún tipo de trastorno mental. También los peritos negaron que tuviese ninguna patología que afectase a sus capacidades de entender lo que hacía y el impacto de sus actos, de modo que, al ser indiscutible, el jurado ya no tuvo ni que deliberar sobre el particular.

Ante esta confesión, su abogado ha aceptado que el parricida confeso,tal y como solicitaba el fiscal y la acusación particular, fuese condenado a la pena de prisión permanente revisable. Tanto el fiscal como los abogados de la acusación y de la defensa reiteraron esta petición de pena tras escuchar el veredicto del jurado y la magistrada leyó la sentencia ya en sala.

Todas las partes manifestaron que no tienen intención de recurrir, de modo que la sentencia ya es firme. Junto con la prisión permanente revisable, el parricida no podrá acercarse a menos de un kilómetro de la madre de las niñas ni comunicarse con ella durante 30 años y deberá indemnizarla con 300.000 euros por el doble asesinato.

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