Un grupo de una decena de vecinos de Verducido se concentró en la mañana de este lunes ante la Audiencia Provincial de Pontevedra con motivo del inicio del juicio por el asesinato machista de Jessica Méndez, a la que José Eirín, tras años acosándola, supuestamente mató tras empotrar su coche contra el de ella en Porráns, Barro.
Tras la pancarta "Os veciños esiximos Xustiza para Jessica", un grupo de vecinos de esta parroquia pontevedresa han querido exigir Justicia y recordar a la joven asesinada, que residía en el momento del crimen en Portas, pero se crió entre Verducido (Pontevedra) y Barro.
Ángela es una de esas vecinas y, visiblemente emocionada, explicó que han querido estar a las puertas de la Audiencia para pedir "hacer justicia para Jessica", aunque se muestra muy crítica con el sistema judicial, pues "la justicia ya sabemos cómo está".
Esta vecina se muestra muy crítica por el hecho de que el acusado pueda entrar con la "cabeza tapada y protegido" -aunque este lunes lo hizo al descubierto en la Audiencia, a los juzgados de Parda entró en su día tapado- mientras "la familia está sufriendo".
Los vecinos piden que Eirin "pague por lo que hizo por ella". El 17 de marzo de 2022, a las 9.25 horas de la mañana, él empotró su coche contra el de ella en Porráns. Al día siguiente, el 18, a las 10.00 horas, ella murió en el hospital al no poder recuperarse de las graves heridas sufridas.
La Audiencia Provincial de Pontevedra juzgará durante toda la semana a José Eirín, a punto de cumplirse dos años de los hechos y del ingreso en prisión del acusado.
La causa la juzga desde este lunes un jurado popular, ante el que la Fiscalía pide para el acusado 24 años de prisión y que se le imponga la pena de alejamiento o de prohibición de aproximación a los familiares de la víctima -sus padres y hermanos- y al compañero sentimental de ella en el momento del asesinato. No podrá acercarse a su domicilio, a su lugar de trabajo o a cualquier lugar en el que se encuentren a una distancia inferior a 1.000 metros y tampoco comunicarse con ellos por cualquier medio, ya sea verbal, escrito, postal, telefónico, telegráfico, telemático o informático durante 10 años.
El fiscal del caso, Alejandro Pazos, formula un duro escrito de acusación contra Eirín, en el que es contundente a la hora de afirmar que ella es víctima de violencia de género a pesar de que no había relación previa entre ambos. Lo acusa de un delito de asesinato con alevosía en el que concurre, como circunstancia agravante, haberlo cometido "por motivos o razones de género".
El fiscal no le acusa por ningún delito de acoso, al no poderse aportar pruebas concluyentes de ese delito, pero sí tiene en cuenta esa situación de acoso previa. "La forma violenta de proceder del investigado se debió a la circunstancia de que durante varios años nunca obtuvo una respuesta de la fallecida a las pretensiones sentimentales o afectivas que albergaba", sostiene el escrito de acusación.
Según el fiscal, empotró su coche contra el de ella "por la indignación o el odio que le generó su silencio o su desprecio durante un período de tiempo tan prolongado".
El escrito de la Fiscalía también incluye una petición de indemnización para los allegados de su víctima que ronda los 400.000 euros, 128.350,196 para su pareja, 99.827,76 para cada uno de sus padres y 28.522,28 euros para cada uno de sus dos hermanos.