Vecinos de la Zona Monumental denuncian actos vandálicos en sus casas derivados de la movida nocturna

Pontevedra
22 de octubre 2021

Residentes en el entorno del Parador y del Mercado de Abastos alertan que en las últimas semanas han sufrido pintadas, rotura de puertas, robo y vaciado de extintores e incluso hay quien orina en el interior de los portales

Pintadas y suciedad en las escaleras del entorno do Parador de Pontevedra Mónica Patxot

Los efectos del botellón en el centro histórico de Pontevedra va más allá de un mero problema de ruidos y convivencia. Con la reapertura del botellódromo en el Recinto Ferial, las grandes concentraciones de jóvenes parecen haberse resuelto, pero los vecinos de la Zona Monumental siguen preocupados por los actos vandálicos que llevan años padeciendo y que se han recrudecido en las últimas semanas.

Sin ir más lejos, el pasado fin de semana un grupo de jóvenes asaltó un portal de la calle San Julián, en el entorno del Mercado de Abastos, para robar el extintor, vaciarlo en la vía pública y, de paso, aprovechar para hacer sus necesidades en el interior del bloque de viviendas.

Fue el último episodio, pero no el único. Unos días antes, una clínica dental cercana a la Plaza Celso García de la Riega acabó con la cristalera de uno de sus escaparates rota como consecuencia del lanzamiento de un objeto contundente. Y durante la noche de la víspera del Día de la Hispanidad, la puerta de una vivienda unifamiliar ubicada en las escaleras del entorno del Parador, en la que reside una anciana, fue forzada y permaneció abierta durante toda la noche hasta que, por la mañana, el servicio de limpieza avisó a la propietaria de lo ocurrido. "Si eso le pasa a alguien joven se asustaría, pues imagínate el susto que se lleva una persona mayor. Está pensando abandonar su casa", relata un familiar directo de la víctima.

"La reapertura del ocio nocturno es una locura. Siempre hubo problemas, pero ahora se han agravado, las normas están para cumplirlas", confiesan varios residentes de estas zonas. 

En la reunión mantenida la pasada semana entre representantes del gobierno local y una representación de vecinos de varias calles de este barrio, el Concello explicó que la reapertura del botellódromo servirá para reducir las molestias. Sin embargo, los propietarios consideran que la medida es insuficiente. Admiten que el ruido y las concentraciones de la primera hora de la movida nocturna quedarán resueltos, pero los actos vandálicos se producen a altas horas de la madrugada, cuando cierran los pubs y discotecas, alertan.

Para poner remedio, algunos de los vecinos afectados, principalmente los que residen en las escaleras traseras del Parador, propusieron una novedosa solución al Concello: la instalación de sistemas de videovigilancia. Una sugerencia a la que, de momento, el gobierno local es reticente, pero en la que insisten los propietarios, que piden el encargo de una auditoría externa para que ofrezca posible soluciones a estos problemas de convivencia.

En lo que sí están todos de acuerdo es en la reclamación de una mayor vigilancia por parte de la Policía Local y mano dura en la imposición de sanciones a aquellas personas que consuman alcohol en la vía pública.

"La Policía Local no vigila la zona de las escaleras porque no se puede acceder en coche, deberían patrullar a pie y poner más efectivos", exigen los vecinos de una zona en la que residen cerca de una veintena de personas y que se encuentra muy deteriorada, llena de pintadas, con escasa iluminación, con problemas de suciedad y que se sienten abandonados por la administración municipal.