El corte al tráfico rodado de un carril en la calle Domingo Fontán, que obliga a los coches procedentes de la rotonda del puente de las Corrientes a desviarse a la calle Martín Códax, está provocando un aumento del tráfico en la rúa da Santiña que está generando molestiar y malestar entre los vecinos de esta zona. "El viernes desde las seis de la tarde estaba todo el camino colapsado", denuncia una vecina del lugar.
Las obras de mejora de las canalizaciones que se están llevando a cabo en el entorno de la gasolinera de O Burgo, obliga a cortar el tráfico en esta zona durante varias semanas. Con el cierre, los conductores que se dirigen hacia Lérez procedentes del nudo de bomberos solo tienen dos posibles itinerarios. Circular por la avenida de Uruguay hasta la Avenida de Compostela o tomar la rúa de A Santiña desde la calle Martín Códax o el puente de las cabras.
Según los residentes, la mayoría de los turismos escogen esta segunda opción, lo que sumado al semáforo del cruce con Juan Bautista Andrade, frente al estadio de Pasarón, "provoca un tapón", relata una de las afectadas.
Las aglomeraciones son constantes en este vial a última hora de la tarde. "A partir de las siete y media empieza ya a haber atascos, pero lo que ocurre los viernes es exagerado". lamentan los vecinos, que la semana pasada llegaron a alertar a la Policía Local para dejar constancia de este suceso. Las retenciones no afectan solo a este estrecho camino, sin aceras ni iluminación, también se producen en Domingo Fontán en sentido de salida de la ciudad.
También están descontentos los residentes de este barrio con la respuesta del Concello a las quejas por los problemas de tráfico. El responsable de Mobilidade, Demetrio Gómez, mantuvo un encuentro con vecinos para explicarle los cambios de tráfico que tendrán lugar en el barrio después de la peatonalización del puente del Burgo, con el cambio de sentido de la Avenida da Coruña como principal novedad.
"No nos queda muy claro si nos beneficiará", admite una de las vecinas, que teme que la reforma acarree supresión de plazas de aparcamiento, lo que generará mayores dificultades a los residentes puesto que en la zona escasean las plazas de garaje.
El estado de la calle es otro de los temas que preocupan a los vecinos. El aumento del tráfico provoca constantes hundimientos en el firme y roturas de tuberías, hecho por el que el Concello ya prohibió la circulación de camiones de gran tamaño por la zona. Exigen los vecinos que se limite la circulación o se adecúe la zona porque no hay aceras, la iluminación es insuficiente y ahora mismo la vía la comparten peatones, muchos menores entre ellos, y coches.
Otro momento crítico en el tráfico de este "camino rural", como lo califican algunos de los residentes, se produce en las mañanas de los sábados por la numerosa afluencia de familias al supermercado. "El parking se llena y muchos vehículos se quedan en la zona esperando a que se vacía provocando colapsos, si habilitasen una isleta, el resto de coches podrían seguir circulando con normalidad", propone una vecina.
La apertura de una salida para residentes en el cercano camino de A Gándara es otra de las medidas que los ciudadanos creen que podría funcionar como solución al colapso.