Al menos seis albergues de peregrinos de la localidad de Caldas de Reis se han visto afectados por una plaga de chinches. Uno de ellos se ha visto forzado a cerrar sus instalaciones mientras que el resto se limitaron a clausurar aquellas dependencias que estaban afectadas.
Los afectados señalan a las mochilas de los peregrinos como origen del foco por lo que ya se están aplicando algunas medidas como alfombras con insecticida en las que dejar las mochilas y también las botas durante un tiempo prudencial antes de acceder a los albergues. Mochilas y botas que no tienen permitido entrar en las habitaciones.
Estos hosteleros han aplicado su propio protocolo sanitario con desinfecciones periódicas que piden que se extiendan a las empresas de transporte que contratan los peregrinos.
El problema no es nuevo en el Camino de Santiago, donde los alojamientos para los peregrinos llevan años tomando medidas como eliminar los elementos de madera en sus instalaciones, usar fundas especiales para los colchones y almohadas y realizar fumigaciones periódicas.
Los afectados explican que tienen que llevar a cabo limpiezas profundas, lavando toda la ropa de cama, cortinas y ropa en agua caliente y secándola también a alta temperatura para matar las chinches y sus huevos. También tienen que aspirar las áreas afectadas, especialmente las grietas y hendiduras.
Otro truco es aislar las camas de las paredes para evitar que las chinches suban y utilizar trampas adhesivas para atrapar a las chinches y detectar la extensión de la infestación.