Pasadas las 10.30 horas, una furgoneta cargada con neumáticos se situaba en el frontal de las instalaciones de Ence hacia la ría de Pontevedra. Varios trabajadores de la factoría lanzaban a los compañeros que ya se encontraban en la PO-12, la vía que une Pontevedra y Marín, para recoger las ruedas y prenderles fuego cortando el tráfico alrededor de las 11.00 horas.
En las proximidades ya se encontraba la Guardia Civil de Tráfico y agentes de la Policía Nacional evitando cualquier incidencia. La humareda cubrió rápidamente el entorno de la fábrica, un humo que se incrementó cuando también otro grupo de trabajadores prendían fuego a otros dos grandes neumáticos en la conocida como carretera vieja de Marín, la PO-546, impidiendo el paso de vehículos.
De esta forma quedaron cortadas durante alrededor de una hora las dos principales vías de comunicación entre Pontevedra y Marín en una nueva protesta convocada por el comité de fábrica de Ence, respaldada por los tres sindicatos CIG, UGT y CC.OO.
Cerca de un centenar de trabajadores se sumaban a la protesta con una pancarta en la que se pedía la garantía y futuro de los puestos de trabajo. Pablo Bacariza, secretario del comité de empresa de la fábrica, insistía en reclamar a los que consideran responsables de la situación, dirección de la empresa, Gobierno central y Xunta de Galicia, una solución para que continúe la actividad industrial que permita dar continuidad a los actuales empleos.
"Non pode ser que se non pode quedar aquí, peche", indicaba Bacariza, reclamando alguna fórmula de salida para la empresa en caso de que el Tribunal Supremo confirme la sentencia de la Audiencia Nacional que anula la prórroga concedida en 2016. "Se podemos quedar, estupendo; se non, hai que buscar unha solución", afirmaba el representante de los trabajdores.
La última comunicación que mantuvieron desde el comité con la dirección de la empresa se produjo antes de la anterior protesta, el 29 de octubre. En aquella ocasión, los máximos responsables de Ence mantenían su postura: si no se puede quedar aquí, cierra. "Iso non pode ser unha saída", se lamentaba Bacariza.
En todo caso, la empresa continúa funcionando con normalidad al igual que en los últimos años sin que se haya detectado cambio alguno en la producción.
En cuanto a la solución de adscribir los terrenos de Lourizán que ocupa la fábrica a la Autoridad Portuaria de Marín, Bacariza muestra sus dudas: "se se pode facer, todo o que sexa dar continuidade nos serve, pero vemos que a Autoridade Portuaria pide os terreos e os terreos pode querelos calquera, o importante é que continúe a actividade industrial e iso non se reflexa en ningún sitio".
Ante la falta de pronunciamiento por parte de las administraciones y por parte de la dirección de la fábrica, desde el comité entienden que las personas que trabajan en la entidad se encuentran "preocupadas e cabreadas".
Afirma que desde el comité de empresa de la fábrica están abiertos a hablar con los del comité de oficinas para intentar organizar alguna acción conjunta, a pesar que Ana Cedeira, presidenta del comité de oficinas, había confirmado la ruptura de unión sindical, semanas atrás, al entender que el comité de fábrica pide el traslado de la factoría. Pablo Bacariza insiste en que el objetivo que buscan es que haya una solución para los puestos de trabajo.
Los cortes de tráfico realizados durante esta protesta provocaron importantes retenciones de tráfico en el entorno de Manuel de Palacio en Pontevedra y en los accesos a la PO-12 en la zona de Marín.