Domingo 19 de abril. Sabela Estévez, una estudiante de segundo curso de Bachillerato en el Instituto Valle Inclán, en lugar de enfrentarse a una tarde aburrida de confinamiento decide explorar en el mundo del diseño digital.
De esta forma, siguiendo la iniciativa de otras jóvenes creadoras que exponen sus trabajos en Twitter, Sabela se pone manos a la obra para crear la versión pontevedresa del Monopoly, el Monoponte. Lo realiza con su ordenador ya que no contaba con material para hacerlo físicamente. Durante más de cinco horas y con la ayuda de la herramienta digital Canva y con otros programas de diseño, crea la réplica local del famoso tablero.
"Fui cogiendo las calles importantes y las fui agrupando por zonas con colores", afirma la joven, explicando que siempre tomó la referencia del juego original. Pero se encontró con algunas dificultades: "El original tiene cuatro estaciones y nuestra ciudad, no. Así que lo cambié y en lugar de estaciones de tren incluí puentes", señala explicando que los puentes los ha dibujado ella con otro programa.
La plaza de Curros Enríquez, la rlaza de España, Benito Corbal, la plaza de la Peregrina, el Teatro Principal, su instituto Valle Inclán, la Feira Franca, las Fiestas de la Peregrina, el estadio de Pasarón, Campolongo, la basílica de Santa María y el edificio con el precio más elevado de todo el tablero, el Liceo Casino. Sabela señala que fue estableciendo las cifras a cada edificio de manera aleatoria pero el inmueble de la calle Manuel Quiroga cuenta con un elevado precio de 400 euros en el juego porque "es el edificio más pijo de Pontevedra", indica con simpatía al hablar de la sede de la sociedad pontevedresa. cuya inscripción también cuenta con un precio de 100 euros.
En el juego tampoco falta la ironía y la crítica en otras casillas. El alcalde Miguel Anxo Fernández Lores aparece vestido de policía alertando "Ve a la cárcel" y otra de Párking gratuito, con la frase "si encuentras". También elaboró los billetes, las cartas de cada casilla y las cajas de comunidad.
Reconoce que no es una gran aficionada al juego original, aunque sí ha celebrado partidas con sus amistades más de una vez. Pero, sobre todo, Sabela Estévez es amante de la creación digital y quiere estudiar Ciencias de la Educación para ser profesora. Su sueño: "crear juegos así para los niños".
Admite que elaborar el Monoponte le ha motivado estos días de encierro en casa y "me pasé una tarde divertida" en un período de incertidumbre en el que señala que desmotiva hacer deberes sin saber si se les va a evaluar o si va a retornar a las aulas este curso.
En todo caso, como ejercicio de creación digital, Sabela Estévez ha logrado copn Monoponte todo un éxito y así se lo confirman las numerosas críticas positivas que recibe en Twitter, donde mostró el resultado final. Eso sí, descarta comercializarlo porque sería necesario tener los derechos, que pertenecen a la empresa Hasbro.