El gerente de Funeraria San Marcos, Juan Perdiz, espera que este verano pueda ya encontrarse operativo el crematorio que está construyendo en el polígono de A Reigosa (Ponte Caldelas), a pesar de haber surgido algunas voces vecinales de oposición a este proyecto. Para intentar explicar a los habitantes de ese entorno la legislación y el funcionamiento de los hornos, el empresario realizó una exposición pública en la mañana de este jueves 16 en el Hotel Galicia Palace con la intervención de diferentes técnicos que intervienen en este proyecto.
Juan Perdiz, acompañado por la ingeniera de Kalfrisa, Nieves Losilla, intentaron resolver las dudas de los vecinos que acudieron a este encuentro. El gerente de San Marcos inició su intervención arremetiendo contra el responsable de Urbanismo del Concello de Pontevedra: "En novembro de 2012, un personaxe chamado Antón Louro, teniente de alcalde actual, sácase da manga unha moratoria, non sei de onde nin por que, que nos sitúa a catro grandes empresas funerarias a facer reunións para preguntarse por que unha empresa ten licencia e outras non". Perdiz señaló que al haber otras empresas importantes, venidas de fuera de Galicia, interesadas en este negocio tuvieron que buscar alternativas para la instalación del crematorio.
De esta forma, añadió que había escogido el polígono de A Reigosa como espacio para llevar a cabo este proyecto con la intención de crear allí una infraestructura funeraria con crematorio, salas velatorias, almacén de ataúdes, floristería y fabricación de lápidas, dotado con personal perteneciente al concello en el que se sitúa la instalación.
A continuación, la ingeniera Nieves Losilla, de la empresa Kalfrisa, explicó detalles técnicos sobre los hornos crematorios y las características de la instalación proyectada en A Reigosa en la que solo se incinerará materia orgánica. La experta explicó que los riesgos contaminantes se derivan solo de la utilización de plásticos, "las emisiones de un horno crematorio nunca podría afectar a un particular que viviera en ese entorno porque no estaría respirando en la boca del horno y aunque así fuera, del horno no salen concentraciones suficientes para que le afecten físicamente" y señaló que la Xunta establece unos niveles que impiden la contaminación. Losilla añadió que "una barbacoa en su casa para chuletas va a contaminar más que un horno crematorio y de forma puntual. Y el aire que respira ese vecino tiene más contaminantes que el que genera un horno crematorio en su vida útil y ya no digamos nada de un incendio forestal". Por ese motivo, el efecto sobre la salud indicó que "es insignificante" y en caso de que, por accidente, algún contaminante saliese al exterior se quedaría en el aire y, con el tiempo, se oxidaría "formando el CO2, que es inerte".
Por otra parte, Juan Perdiz garantizó a los vecinos que se utilizarán solo ataúdes sostenibles y pedirán certificados de ataúdes sin herrajes. Señaló que la que se cumple con toda la normativa establecida por la Xunta de Galicia para este tipo de instalaciones.