La investigación de la brigada de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra sobre el triple asesinato de Valga sigue sus pasos, ahora con el investigado y autor confeso ya en prisión, y se centra, entre otros aspectos, en el origen de la pistola usada por José Luis Abet Lafuente para matar a su ex pareja, su ex cuñada y su ex suegra, Sandra y Alba Boquete y María Elena Jamardo.
El arma es un revólver de calibre 32 recuperado en la tarde de este martes por efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), que se sumergieron en el río Tambre en un punto de la localidad coruñesa de Tambre indicado por el detenido y lo encontraron junto a una caja de munición.
Fuentes de la investigación han confirmado a PontevedraViva que el revólver es nuevo y la munición también, pero no ha podido establecerse todavía si previamente se había usado en otro delito. Al respecto, el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, explicó este martes en Pontevedra que en este momento la Guardia Civil está haciendo una investigación "para ver la trazabiilidad de ese revólver".
Los investigadores tratan de determinar cómo el investigado logró ese arma, pues carecía de licencia, y también si ya había sido utilizado con anterioridad. Solo se sabe que es nuevo y que, junto al revólver, en el río, había tirado "abundante" munición.
El resultado de las diligencias se verá en los próximos días, pues se trata de averiguaciones complicadas, dado que es una arma obtenida "fuera de los circuitos que existen", esto es, en el mercado negro.
De momento no se ha establecido cuántos disparos efectuó, si bien sí ha trascendido que han sido varios contra cada una de las víctimas. Según ha podido saber este periódico, al investigado, justo después de su detención, se le realizó la prueba de la parafina, una prueba de balística que permite localizar residuos de disparo en las manos o en las prendas de vestir para determinar si una persona ha utilizado un arma de fuego. Resulta especialmente fiable cuando pasa poco tiempo tras el disparo, como ocurrió en este caso.
La Guardia Civil sigue realizando diligencias sobre las que el delegado del Gobierno pide cautela, para dejar trabajar a los investigadores.
Entre otras cuestiones habrá que determinar todos los movimientos del sospechoso el día del crimen, pues se sabe que se presentó en la casa de su ex pareja -que había sido la casa familiar hasta el divorcio hace casi dos años- y que, tras matar a tiros a sus tres víctimas, huyó del lugar en el coche en el que había llegado minutos antes. Tras detenerse en la zona de la aldea de Ponte Nova para tirar al río Tambre el arma homicida, se dirigió a la casa de su madre en la localidad coruñesa de Ames, donde vivía desde el divorcio. Desde allí telefoneó a la Guardia Civil para confesar el crimen y no opuso ninguna resistencia a la detención. Fue detenido poco más de una hora después del crimen.