Un regreso con más expectación mediática que ciudadana y marcado por la discreción

Sanxenxo
20 de abril 2023

Decenas de personas esperaban este jueves en el Real Club Náutico de Sanxenxo la llegada del rey emérito. Apostados a lo largo del espigón, querían ver a Juan Carlos I en su regreso a las Rías Baixas once meses después de su polémica visita. Cuando se fue a navegar, se pudieron escuchar en el espigón aplausos y "Viva el rey" y "Viva España" 

Regreso de Juan Carlos I al Náutico PontevedraViva

Decenas de personas esperaban este jueves en el Real Club Náutico de Sanxenxo la llegada del rey emérito. Apostados a lo largo del espigón, querían ver a Juan Carlos I en su regreso a las Rías Baixas once meses después de su polémica visita. Continúa en el exilio de Abu Dabi, de modo que sus visitas a España siguen llenas de expectación. Sin embargo, este 2023, ha sido muy inferior a la suscitada el año pasado, tanto a nivel mediático como ciudadano. 

La visita está marcada por la discreción que el emérito prometió a su hijo, Felipe VI, el año pasado cuando, tras pasar por Sanxenxo, mantuvo una larga reunión con él en La Zarzuela. Se había avanzado en los últimos días y este jueves, finalmente, se ha confirmado, pues, a diferencia de hace once meses, ha evitado todo contacto con la prensa. 

La multitudinaria recepción en el Náutico llena de vítores y aplausos del año pasado no se ha repetido. El club no organizó nada y, además, el ex jefe de Estado no se prestó a ese tipo de actos, pues ni siquiera se detuvo en el edificio central del Club sino que llegó en el coche de su anfitrión, Pedro Campos, directamente a la zona de los pantalanes. Se bajó en un lugar discreto para encontrarse con sus amigos y luego bajó al pantalán perimetral en el que está amarrado el Bribón. 

A su llegada este año, había varias decenas de personas esperando, pero muchas menos que en 2022. Quiénes le esperaban, lo hacían mucho menos emocionadas que en la recepción multitudinaria del que fue su primer viaje desde su exilio en Abu Dabi. Tan solo en el momento en el que se alejó del amarre para salir hacia el campo de regatas le dedicaron vítores y aplausos. Su pudo escuchar en el espigón "Viva el rey" y "Viva España" y él respondió levantando la mano a modo de saludo. 

Entre quienes estaban en el espigón había vecinos de Sanxenxo y también otros llegados desde más lejos como Arturo, un vecino de Benavente que llegó con su mujer, Carmen. En su caso, suele veranear en Portonovo y esta visita le coincidió en tierras pontevedreses, de modo que aprovechó y se acercó al espigón. Su mujer estaba especialmente ilusionada y él incluso le grabó un vídeo del momento en el que el monarca subía al Bribón 500.

Adolfo, vecino de Pontevedra, se mostró "muy orgulloso" de la visita del emérito. "No sé por qué se ha ido", reflexionó en el espigón mientras el rey subía al Bribón este vecino de la ciudad del Lérez que se desplazó a propósito a Sanxenxo para poder verle de cerca. 

Las personas presentes en la llegada de Juan Carlos I comentaron su estado de salud, que ven mejor que el de hace once meses, y también su "ilusión" por vivir este momento a tan solo unos pocos metros de él. Un youtuber que fue narrando en directo toda la escena con una bandera de España en la mano llegó a afirmar que "esto es historia de España". 

Ana, vecina de O Grove, aguardaba ese momento desde las nueve de la mañana apostada en el espigón, con intención de "poder verle", como ya hizo el año pasado. Una pareja de Santander, de vacaciones en Nanín, incluso estuvo este jueves en el puerto deportivo  y el miércoles en el exterior de la casa de Pedro Campos. 

A su regreso a tierra tras casi tres horas en el mar, le esperaban menos personas. La nota de color la puso un periodista del programa 'Quen anda aí?' de la TVG que le saludó y gritó en dirección a él con intención de regalarle una pandereta. Finalmente, se la entregó y el monarca, antes de abandonar el recinto, la levantó en alto.

Esta discreción que él busca, y que logra también gracias a que su círculo cercano lleva días evitando a los medios de comunicación, contrasta con la atención mediática que está recibiendo. Un centenar de profesionales de los medios están repartidos desde este miércoles entre las inmediaciones de la casa de Pedro Campos en Nanín y el puerto deportivo de Sanxenxo, en especial en el espigón más próximo a la sede del Náutico. 

Pese a la elevada presencia mediática, es inferior a la de hace once meses, cuando había el doble de medios de comunicación y 200 profesionales acreditados para la visita.