Un juicio marcado por la "sed de venganza" entre dos familias

Pontevedra
17 de febrero 2016

La Sociedad Gitana Española pidió perdón al jurado popular, el tribunal y todas las personas personas que estaban en la sala cuando se produjo el tumulto este miércoles, pero quiso justificar la reacción de la persona que en primer lugar se abalanzó sobre Cortiñas asegurando que "no pudo contener la indignación y coraje" al escuchar "las mentiras y barbaridades que declaraba el asesino de 'Lupe'

Familiares de 'Lupe' en el juicio contra José Luis Cortiñas
Familiares de 'Lupe' en el juicio contra José Luis Cortiñas / Mónica Patxot
Víctor Bouzas: "Desde el punto de vista jurídico es absolutamente inaceptable" /

El martes, en la primera sesión del juicio contra José Luis Cortiñas por el asesinato machista de su esposa, María Luisa Jiménez, Lupe, hubo insultos y amenazas. Este miércoles, en la segunda, la intimidación tomó forma y se convirtió en agresión. En la sala de vistas se vivieron momentos de tensión, con tres familiares de la fallecida saltando literalmente media sala para echarse encima del acusado y otros 30 en la sala generando algarabía y en actitud igualmente violenta hacia el mismo. Pese a todo, la Sociedad Gitana Española, ha intentado buscarle explicaciones, "rogando" que se comprenda la "indignación y el dolor" que sufre la familia

Lo hizo a través de un comunicado firmado por el presidente de la Federación Nacional de Organizaciones de la Sociedad Gitana Española, Sinaí Giménez Jiménez, también conocido como el Príncipe de los Gitanos de Galicia y que en la primera jornada del juicio estuvo presente en la sala de vistas y dio indicaciones a todos los familiares de cómo podían o no comportarse. Este miércoles, sin embargo, no acudió ni estaba en la sala cuando se produjo el tumulto, si bien hay quien recuerda que habitualmente entre las familias gitanas nadie actúa en un acto público sin haberlo consultado antes con él. 

Como portavoz del colectivo, expresó su "malestar" y pidió perdón al jurado popular, al tribunal y todas las personas personas que estaban en la sala y quiso justificar la reacción de la persona que en primer lugar se saltó el cordón policial y se abalanzó sobre Cortiñas al grito de "Suso", su apodo, asegurando que "no pudo contener la indignación y coraje" al escuchar "las mentiras y barbaridades que declaraba el asesino de 'Lupe". Sin embargo, en el momento en que se produjo el altercado, el acusado no estaba hablando y, de hecho, en la sesión de este miércoles no declaró, tan sólo pasaron por la sala de vistas testigos, guardias civiles y peritos. 

Sinaí Giménez pide comprensión, pero, al mismo tiempo, habla de la "sed de venganza" que está como telón de fondo en todo este suceso. Las ganas de vengarse del acusado ya hizo temer a la Sociedad Gitana de Galicia en febrero de 2014, cuando se produjo el crimen, que algún familiar de la fallecida se tomase la justicia por su mano y atacase a algún familiar del acusado, de modo que se produjo un destierro masivo de todos los que llevaban el apellido Cortiñas hacia Castilla y León. Este miércoles, su portavoz reconoció que "casi les llevan a cumplir la sed de venganza" con su acto en el interior de la Audiencia

Destacó la pronta intervención de las Fuerzas de Seguridad que disolvieron el tumulto desalojando la sala, pero sobre todo la "colaboración de dos patriarcas ancianos" que se encontraban dentro de la sala y "permitieron evitar que dicha sed de venganza se llevase a cabo". En respuesta a las críticas por las órdenes de destierro y los intentos de aplicar una justicia gitana paralela a la que se imparte en los tribunales de Justicia, el portavoz del colectivo insiste en que los Consejos de Ancianos son "auténticos promotores de la paz" y con sus "órdenes de alejamiento voluntarias" consiguen "evitar guerras entre familias gitanas"  y le evitan "un gran trabajo a las administraciones, los juzgados y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad "sin cobrar un solo euro".

Tras el incidente, el abogado de la familia de 'Lupe', Víctor Bouzas, también se refirió al mismo como un hecho desde el punto de vista juridico "absolutamente inaceptable", pero desde el punto de vista familiar, "recriminable, pero comprensible". Confía en que el incidente no afecte al proceso judicial en marcha, pues no ha influido en ninguna prueba, documento o pericial y, además, los hechos "no influyen ni vician para nada el trabajo del jurado".