Las negociaciones que el Concello de Pontevedra emprendió el pasado otoño para adquirir el convento de Santa Clara están "bastante avanzadas" y, tras varios meses de conversaciones con las autoridades religiosas, ya solo quedan "flecos" pendientes para poder cerrar la adquisición.
Así lo confirmó este martes el concejal de Patrimonio Histórico, Xaquín Moreda, que dio cuenta de las novedades en las negociaciones a la Comisión de Urbanismo y a los medios de comunicación y aseguró que hay "bo entendemento" entre el Concello y la Iglesia y la Orden de las Clarisas a la que pertenece el inmueble.
Moreda no quiso dar cifras de los precios que hay sobre la mesa para la compra, que en todo caso sí son superiores al millón de euros, pero sí dio detalles de los dos escollos que ahora mismo todavía quedan por salvar para cerrar la operación.
El primer fleco sin cerrar es que hay que decidir el destino de una serie de enterramientos de monjas que hay en el jardín de Santa Clara. Carecen de lápidas que identifiquen a la persona enterrada y no se sabe con certeza a quién pertenecen, pero sí que habrá que sacarlos de ahí.
El segundo fleco está relacionado con los elementos nobles que hay en el edificio, entre los que destacan una serie de retablos. Queda por decidir si se retiran de Santa Clara y la Iglesia los traslada a otra de sus propiedades o si quedan en el edificio tras la compra. En ese caso, también habría que fijar si el Concello los compra o si siguen siendo propiedad eclesiástica, pero quedan en depósito. Además, aún habría que acordar con la Consellería de Cultura las autorizaciones para su traslado.
El inmueble está protegido y catalogado como Bien de Interés Cultural, de modo que el Concello tuvo que comunicar a la Consellería de Cultura su intención de comprarlo. Según dio a conocer Moreda, la Dirección Xeral de Patrimonio también les ha confirmado ya que pueden seguir adelante con la operación.
El convento de Santa Clara lleva cerrado desde septiembre de 2017, tras cerca de siete siglos de actividad religiosa, y antes de empezar con el proceso de compra, el Concello realizó una visita a las instalaciones. Según dio a conocer el concejal, se concluyó que el muro de cierre y la iglesia están en buenas condiciones y el resto de la propiedad necesita una rehabilitación. De todas fomas, no tiene humedades y los muros de carga están en buenas condiciones, de modo que se cumplían los condicionantes para la compra.
El Concello de Pontevedra es en estos momentos el único interesado en la compra. "Somos nós os compradores, os que estamos negociando", aseguró Moreda, y rechazó hablar de plazos para formalizar la compra porque, tal y como explicó, "a frase de que hai que mover Roma con Santiago aplícase nesta operación" y se trata de una negociación bastante compleja que requiere solicitar permisos al Vaticano. "Poden ser 15 días, un mes... non o podemos decir", indicó.
El responsable de Patrimonio histórico recordó que el Concello decidió comprar Santa Clara por el espacio verde que tiene, 12.000 metros cuadrados en pleno centro de la ciudad, pero también "para conservar o patrimonio", pues se trata de un elemento de gran valor patrimonial que si cae en desesuso puede perderse. Sobre su futuro, indica que la administración local está abierta a todas las posibilidades, si bien será algo a estudiar un vez formalizada la adquisición.
VALORACIÓN DEL PP
El concejal del PP Pablo Fernández valoró, al término de la Comisión de Urbanismo, que las explicaciones de Moreda son "insuficientes" y que desde su partido se mantienen firmes en la petición realizada días atrás de conocer los informes técnicos que avalen esta operación. Consideran necesario que se celebre una comisión extraordinaria para abordar este asunto y que los técnicos municipales les trasladen su valoración.
Piden también que el departamento de Intervención explique cómo se realizará la compra, que supondrá "una cantidad muy elevada que va a condicionar las arcas municipales para los próximos años". Además, aseguran no entender que el Concello siga adelante con esta compra sin haber definido el uso que se le dará.