Un total de 200 personas llegadas desde todos los puntos de Ponte Caldelas y desde distintas partes de Galicia, conformaron este sábado un auténtico ejército de voluntaros para luchar contra los efectos de los incendios forestales que en el domingo negro del 15 de octubre arrasaron 2.900 hectáreas de superficie en el municipio.
Distintos puntos del municipio seleccionados por técnicos especializados acogieron la denominada 'operación mulching', en la que los voluntarios esparcieron el terreno con materia vegetal para fijar el suelo y paliar el arrastre de las cenizas, centrándose en las zonas más próximas a los acuíferos, los que están ante una situación de peligro más inminente en caso de que lleguen lluvias fuertes que arrastren los restos de los fuegos.
Los voluntarios esparcieron 30 toneladas de paja adquiridas de emergencia por el Concello de Pontevedra y unas cinco toneladas de estruturante (materia vegetal triturada) cedidas por el Concello de Pontevedra. En total, quedaron cubiertas de paja unas 15 hectáreas de terrenos quemados.
El objetivo final es tratar el 10% del monte arrasado por el fuego, esto es, unas 290 hectáreas, pero este sábado ya se dio un paso importante al actuarse sobre las zonas más sensibles detectadas por los técnicos, las que, en caso de lluvias, verterían las cenizas en los acuíferos de uso doméstico.
La jornada, marcada por el buen tiempo y las altas temperaturas, dejó también grandes gestos de solidaridad como el realizado por un vecino de la parroquia pontevedresa de Marcón que llevó a los voluntarios 200 bocadillos, bebidas frías y fruta para llevar mejor el día de duro trabajo.
La solidaridad también se impuso en el mercadillo solidario organizado por la asociación de vecinos de Pazos de Borbén para recaudar fondos para las personas afectadas por los incendios.