La Policía Nacional mantiene abiertas todas las hipótesis en la investigación en marcha sobre las causas del incendio en las instalaciones de la antigua fábrica de cerámica de Pontesa registrado este domingo.
Los investigadores todavía no han concluido las investigaciones, pendientes de realizar todavía gestiones cruciales.
A mediodía de este lunes, los agentes de la Brigada de Policía Científica, pieza clave en este tipo de investigaciones, todavía no habían podido acceder al interior de la zona quemada para poder inspeccionarla y localizar el foco del fuego. Los bomberos de Pontevedra todavía no consideraban seguro el acceso a la zona cero sin riesgos.
En estas investigaciones, también se espera el uso de un helicóptero que sobrevuele la nave quemada para poder ahondar en el posible lugar de inicio y causas y para este martes la Policía Nacional prevé la llegada de un dron de la unidad de seguridad aérea.
Este vehículo no tripulado podrá acceder a zonas de difícil acceso para los medios humanos y acercarse a la zona destrozada por las llamas.
La concejala de Seguridade Cidadá de Pontevedra, Eva Vilaverde, señaló este lunes que el incendio se generó, según los primeros indicios, en una gran montaña de cereales situada en el centro de la instalación que se encuentra comunicada con otras dos que ocupan varias naves. El calor generado provocó que explotase la cubierta y la uralita con el consiguiente peligro de expansión de amianto, pero ahora la Policía Nacional deberá determinar el punto exacto del origen y las causas, una tarea para la que la Policía Científica cuenta con la colaboración de los bomberos de Pontevedra.
Las tareas de los bomberos de Pontevedra, que estuvieron auxiliados por efectivos de los parques comarcales de Bueu y Ribadumia, se prolongaron durante toda la noche, centrándose en atajar los tres focos que seguían ardiendo tras controlar el fuego ya a última hora de la noche. Durante la mañana, continuaron tareas de control, de ahí que no se permitiese a los policías acceder a la nave.
Las tareas de extinción se complicaron ante la gran cantidad de cereal que se había acumulado en el interior de la nave. Se trata de un material que, por acumulación de gases y polvo, puede combustionar con cierta facilidad y eso fue lo que complicó el incendio y su extinción.
Eva Vilaverde explicó este lunes que los responsables del operativo de extinción se encontraron en Pontesa "un auténtico polvorín con toneladas de material inflamable", formado por grano, cereales, pipas de girasol en naves de gran altura y formando montañas de más de 10 metros de alto y 15 metros de ancho.
El Concello de Pontevedra mantiene que la actividad que se estaba realizando en la zona carecía de licencia de actividad y tampoco disponía de las mínimas medidas de seguridad: "sen sistema de extinción de incendios, sen hidrantes" y que fue necesario que los Bomberos transportasen el agua y usar un carrusel de medios para disponer de agua para la intervención.