Un crimen con altas dosis de violencia en una vivienda okupada con "altercados constantes"

Pontevedra
22 de mayo 2023

El detenido y la víctima tenían antecedentes policiales previos. Ella convivía en la casa con otros dos varones y él acudió anoche. La atacó con un arma blanca y a golpes. Un hombre  "escuchó cómo alguien pedía ayuda, ayuda", pero "no le dio más importancia porque normalmente aquí se montan fiestas". Los vecinos estaban ya acostumbrados a convivir con okupas "muy conflictivos"

A Policía Nacional investiga o crime de Estribela
A Policía Nacional investiga o crime de Estribela / Mónica Patxot

Nadie se lo esperaba, pero tampoco nadie se sorprendió demasiado. El crimen ocurrido la pasada madrugada en el barrio pontevedrés de Estribela ocurrió en una vivienda abandonada y okupada en la que, según han indicado los vecinos de la zona, hay "altercados constantes" y residentes "muy conflictivos", si bien solo entre ellos, nunca con los vecinos. 

En este caso, el incidente estuvo cargado de grandes dosis de violencia. El ahora detenido, de 47 años, origen portugués y que ya cuenta con múltiples antecedentes policiales, atacó a N.R.F.. En princpio, fue un ataque por temas relacionados con las drogas y se descarta que sea violencia de género.

La chica, de 33 años, residía en esta vivienda junto a otros dos hombres, y también tenía antecedentes policiales. De hecho, este mismo martes había previsto un juicio por un altercado que presuntamente protagonizó en los juzgados de A Parda de Pontevedra, en los que entró, causó destrozos e incluso quemó una bandera.

El atacante, supuestamente toxicómano como su víctima, no vivía en esta casa, pero sí acudió anoche y, sobre las cinco de la mañana, la agredió con un arma blanca con la que le hizo múltiples heridas y también le dio golpes en la cabeza con un objeto contundente. De momento, la causa de la muerte todavía no ha podido establecerse.

Todo ocurrió sobre las cinco de la madrugada en una vivienda del número 31 de la calle de Cunchidos de Estribela. En la casa contigua, la número 29, vive una mujer que no escuchó nada de lo ocurrido y la pasada noche se quedó también a dormir su nieto, de 22 años, que sí contó a su familia que sintió una discusión. 

Este joven, según relató su madre, "escuchó cómo alguien pedía ayuda, ayuda", pero "no le dio más importancia porque normalmente aquí se montan fiestas". Están ya tan acostumbrados a los gritos y discusiones en esta casa en todos los años que llevaba okupada que le pareció una más. 

Sin embargo, poco después salió de casa para trabajar y ya vio que había hasta 14 policías y un hombre "ensangrentado" y "esposado". Era el detenido, que fue detenido por la Policía Local de Marín en el lugar de los hechos y luego trasladado por la Policía Nacional a los calabozos de la Comisaría de Pontevedra. 

Lo ocurrido era este lunes el único tema de conversación en la zona alta de Estribela, en el límite entre Pontevedra y Marín. Reunidos por grupos, o desde las ventanas y puertas de sus viviendas, los vecinos comentaban lo ocurrido y también los pormenores de la convivencia en esa vivienda. 

La casa, en muy mal estado de conversación y con una bandera pirata en el exterior, lleva "muchos años" okupada, si bien no siempre por las mismas personas. La ahora fallecida vivía desde hace años allí.

En la casa también había un perro que este lunes fue rescatado por la Protectora de Animales Os Palleiros. A media mañana, una furgoneta de esta asociación acudió a Estribela para hacerse cargo del animal, que había quedado solo. 

Eran "gente muy conflictiva", aseguró María, residente en una vivienda próxima, si bien matiza que tenían problemas entre ellos, pero "nunca con los demás". Los vecinos ni siquiera sabían quién vivía allí exactamente, pues "allí entra y sale mucha gente" y van cambiando.

La vivienda estaba totalmente destrozada y llena de suciedad y maleza en el exterior y los vecinos relatan episodios previos como un apuñalamiento o problemas con el alcantarillado que generaron suciedad y malos olores. Los vecinos incluso piden "que tapien eso de una vez" para evitar lo que ven un foco de peligro.