Un año después, llega la limpieza a la cicatriz de A Ferrería

Pontevedra
01 de febrero 2017

A las 20.40 horas de de este miércoles 1 de febrero se cumplirá un año de un momento que será difícil de olvidar en el centro de Pontevedra, el incendio en el edificio situado en el número 12 de la calle Michelena y el número 6 de los Soportales de A Ferrería 

Lugar por el que empezaron las tareas de limpieza de la fachada del edificio incendiado Mónica Patxot

A las 20.40 horas de este miércoles 1 de febrero se cumplirá un año de un momento que será difícil de olvidar en el centro de Pontevedra. A esa hora empezaba a salir humo del edificio situado en el número 12 de la calle Michelena y el número 6 de los Soportales de A Ferrería, un incendio cuyo dramático desenlace ha quedado ya marcado en la memoria de los pontevedreses. Y, por si alguien lo olvida, tan sólo tiene que darse un paseo por la céntrica plaza, pues el inmueble sigue sin rehabilitar doce meses después y hasta este martes, día previo al primer aniversario, no comenzaron las labores de limpieza de la fachada

A Ferrería tiene desde hace un año una cicatriz imposible de disimular, pero si a alguien no se le olvida es a los afectados más directos, los propietarios del edificio incendiado y los que están pegados por ambos lados y los responsables de los negocios instalados en los mismos. Así, arrasó este inmueble del siglo XIX y destruyó para siempre la zapatería Cuplé, el estudio de fotografía de Tere Malvar y el emblemático comercio La Moda Ideal, ubicado en los Soportales de A Ferrería desde 1896.

Otro negocio que no se vio obligado a cerrar, pero que sigue padeciendo los daños es la pizzeria Dolce Vita, situado en el bajo del edificio contiguo. Perla Barone, encargada de la misma, asegura que los perjuicios continúan a día de hoy. Este martes, cuando comenzaron las tareas de limpieza, sin ir más lejos, el agua con la que chorreaban la fachada le alcanzó su local y se vieron obligados a tirar toda la pizza que tenían en el mostrador y limpiarlo. Y durante todo el verano "no se vendió pizza" porque tenía muy poca visibilidad del negocio porque el inmueble contiguo estaba precintado y tapado.

En el caso de este negocio, la compañía aseguradora que tenía contratada se hizo cargo de algunos de los daños ocasionados, pero un año después sigue sin reparar el cristal del escaparate, pues no se lo cubre y las dos compañías aseguradoras de A Moda Ideal y Cuplé, los dos negocios en los que pudo empezar el incendio, aún no se han puesto de acuerdo sobre quién debe hacerse cargo de los daños y no tiene todavía a quién reclamarle que lo repare.

Al respecto, cabe reseñar que un año después del incendio más virulento de los que se recuerdan en Pontevedra desde el que arrasó la iglesia de San Francisco, todavía no se ha determinado dónde comenzó el fuego que obligó a desalojar a nueve personas, una de ellas de avanzada edad con problemas de movilidad que vivía en un edificio contiguo al siniestrado, y dejó daños en viviendas y oficinas cercanas.

El estado de ruina en el que quedó la estructura complicó la investigación de los orígenes del fuego, en la que participaron agentes de la Comisaría General de la Policía Científica desplazados desde Madrid, y su desescombro, que tardó meses en estar finalizado. 

La cicatriz se mantiene en el tiempo y ahora la esperanza de volver a ver la emblemática plaza de A Ferrería en todo su esplendor queda supeditada a que los propietarios acometan las tareas de rehabilitación. Hace apenas una senana, hubo operarios en el edificio realizando tareas de apuntalamiento, pero no se sabe cuándo se rehabilitará.

De hecho, este martes fue el primer día en que volvió a la plaza la imagen que fue habitual en el edificio mientras duraron las tareas de desescombro, con vallas y cintas impidiendo el paso a los transeúntes para permitir que los operarios trabajasen. En esta ocasión, en principio, solo limpiarán la fachada, pero el trabajo es suficiente para que se prolonguen durante varias jornadas o incluso semanas.