El sindicato UGT ha vuelto a salir a la calle el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, en solitario. Como ocurrió el año pasado, la unión sindical que en el resto de España convoca manifestaciones conjuntas con CCOO en esta fecha se rompió en Pontevedra, desluciendo la reivindicación.
Este miércoles se convocaron en la ciudad cuatro manifestaciones diferentes, de UGT, CIG, CCOO y CGT, todas entre las 11.30 y las 12.45. La de UGT partió de los locales sindicales de la calle Pasantería y, tras pasar por la plaza de A Ferrería, tuvo que aguardar antes de la Peregrina a que pasase la de CIG. La imagen, que ya ocurrió en anteriores ocasiones, evidenció la división sindical en la ciudad.
La reivindicación de UGT contó con una amplia representación política del PSOE local, con la senadora Marica Adrio, la diputada Paloma Castro y los concejales Iván Puentes, Yoya Blanco y Manuel Fariña. Además, tras la pancarta principal demandando "pleno empleo", se situaron las reivindicaciones de otros colectivos como la seguridad privada, las empleadas del hogar o los trabajadores de Inditex.
Ramón Vidal, secretario comarcal del sindicato, encaró la jornada "con muchos ánimos" a pesar del mal tiempo, pues justo empezó a llover a las 12.00 horas, momento en el que salió su movilización, e insistió en que es "una fecha de celebración, pero, sobre todo, reivindicación".
La asistencia, menor a la de CIG o CCOO, no le desmoralizó y confía en que "el año que viene seamos más" y la población se dé cuenta de que "en la calle es donde se consiguen muchos logros, muchos muchos logros".
Su reivindicación central de este 2024 es el "pleno empleo", pero insisten en que "no un empleo cualquier, un empleo de calidad, un empleo de menos horas, jornadas más pequeñas y mejores sueldos".
Además, demandan una "cobertura pública" que ampare a toda la población y, en especial, a "aquellos sectores que están más desfavorecidos ahora mismo", desde la sanidad hasta la asistencia en el hogar, la atención a las familias con un miembro con necesidades especiales o las personas jubiladas.
Vidal percibe en las nuevas generaciones una menor movilización colectiva y considera que es por la falta de conciencia de lo complicado que fueron algunos logros y lo fácil que será perderlos. En el centro de menores Avelino Montero en el que él trabaja, por ejemplo, consiguieron muchas mejoras en seguridad y protección y estabilidad "a base de movilización" y "con mucho esfuerzo y mucha lucha de los compañeros".
Eso es lo que quiere trasladar a las nuevas generaciones, "que parece que todo viene dado y no nos viene dado; y se nos retira rápidamente. Notan una debilidad y ahí están a la vuelta de la esquina para coger y para retirarnos parte de lo conseguido".