"Tu hija lleva cinco años viviendo un infierno, sufrió abusos". Tan solo repetir la frase hace temblar a una vecina de Marín. Se la dijo el novio de su hija en el año 2019. Ella ya era entonces mayor de edad, pero con esa afirmación el chico le estaba relatando que había sido víctima de abusos sexuales con tan solo 14 por parte de su primer novio y entrenador de baloncesto.
Este jueves, la repitió en la sala de vistas de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra durante la segunda sesión de un juicio contra un joven que presuntamente entre los años 2012 y 2016 abusó y agredió sexualmente a tres menores. Una de ellas era su hija y, como testigo, relató cómo se enteró de lo ocurrido.
Su hija tenía 14 años cuando empezó a tener una relación con el que era su entrenador en un equipo de baloncesto. Un día, la madre se enteró, a través de la tía, de que había mantenido relaciones sexuales con él sin protección y llamó al chico porque le parecía "una edad muy precoz para mantener relaciones" y, sobre todo, "porque había sido sin ningún tipo de protección".
Según relató en el juicio, fue la única conversación que mantuvo con este chico y se quedó "tranquila" porque él se mostró "maduro" y "correcto", le dio la razón y le aseguró que nunca más volverían a mantener relaciones sin protección.
Justo antes de eso, la niña había pasado unos momentos complicados por las continuas discusiones de sus padres en casa y porque sufrió bullying y se volvió "más introvertida". Luego, al año siguiente, "las cosas empezaron a empeorar", se hizo "hermética" y dejó de salir con sus amigas y tuvo desórdenes alimenticios. Su madre simplemente pensaba que tenía una adolescencia complicada y empezó a acudir a una psicóloga.
Años después, ya en 2019, cuando ya tenía una relación con otro chico, a la madre le saltaron las alarmas porque un día, en casa, tras un comentario machista por parte de su padre, la chica dijo: "pues que sepas que tu hija también sufrió abusos".
Tras eso, intentó hablar con ella y solo lo consiguió a través de su hermana hasta que finalmente su novio actual acabó diciéndole que le había confesado que años atrás había sufrido abusos. También se enteró de que se autolesionaba causando cortes en todo el cuerpo.
Meses más tarde, y tras la insistencia de su entorno, denunció los hechos y relató que el hoy acusado, al menos en dos ocasiones, la obligó a mantener relaciones sexuales con él incluso a pesar de que ella estaba llorando.
El acusado, durante la primera sesión del juicio, negó los hechos, asegurando que todas las relaciones que había mantenido con esta chica y con las otras dos víctimas habían sido consentidas. Sin embargo, este jueves en la Audiencia declararon múltiples testigos que confirman las denuncias de las chicas.
En el juicio declaró un chico que mantuvo una relación con la primera víctima y relató que la chica le confesó que en alguna ocasión no quería mantener relaciones sexuales con el acusado, pero "se sintió obligada". También reconoció que, cuando estaban juntos, alguna vez tuvieron que parar las relaciones sexuales porque la chica se ponía a llorar y se sentía mal.
La segunda víctima también fue novia del acusado y asegura que la obligó a mantener relaciones no consentidas. La que era su mejor amiga definió la relación que mantenían como "tóxica" y aseguró que él la "manipulaba".
Así por ejemplo, le era infiel y luego "le daba la vuelta y ella acababa pidiéndole perdón a él" y, en dos ocasiones, presenció cómo amenazaba con suicidarse si ella estaba con otros chicos. Además, tiempo después de rota la relación, confesó a su amiga que había sufrido abusos sexuales.
Dos agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Marín confirmaron las denuncias. La primera víctima les contó lo que veían como "hechos reales" y luego "aparecieron más niñas" que relataron comportamientos inadecuados del acusado con más menores.
La segunda víctima al principio ni siquiera quería denunciar y, según una policía, "se sentía culpable por no haber sido capaz de decir que no en ese momento", cuando supuestamente la obligó a mantener relaciones.
La tercera era una niña de 13 a la que daba clases de guitarra y supuestamente realizó tocamientos. Además, una chica declaró en el juicio que tenía conocimiento de que "pedía fotos a las compañeras ligeras de ropa" y le pedía detalles de las chicas de 11 y 12 años del club en los vestuarios.
Estos hechos fueron denunciados cuando el chico ya no estaba vinculado a este equipo. En la actualidad, vive en el extranjero y sigue vinculado al mundo del baloncesto. El responsable deportivo del club en aquella época declaró en el juicio que no tenía conocimiento de estos hechos y quedó "sorprendido" cuando se enteró de las denuncias.
La Fiscalía de Pontevedra le acusa de un delito de agresión sexual a menor de 16 años de carácter continuado, un delito de abuso sexual de carácter continuado a menor de edad y un delito continuado de agresión sexual con penetración a menor de edad con el agravante de parentesco. Pide que sea condenado a 21 años y ocho meses de prisión.