La voz quebrada, interrumpida en reiteradas ocasiones por los lloros y obligada a parar su discurso por los aplausos de los presentes. Mari Carmen Iglesias se dirigió este miércoles a las alrededor de 3.000 personas que acudieron a la concentración convocada para recordar el tercer aniversario de la desaparición de su hermana Sonia Iglesias Eirín y reclamó avances judiciales para que el caso de su hermano no caiga en el olvido y "se siga investigando".
La joven pontevedresa desapareció el 18 de agosto de 2010 y hace ya un tiempo que la familia Iglesias Eirín ha perdido las esperanzas de encontrar a Sonia con vida, pero sí quieren que su desaparición se resuelva. Quieren respuestas y que se siga investigando a nivel policial y judicial, de ahí que den gran importancia al "amplio apoyo" ciudadano recibido en la concentración.
Tras una gran pancarta con el mensaje "Todos somos Sonia", a partir de las 21.30 horas recorrieron el centro de Pontevedra, con una emotiva parada (aplauso incluido) delante de la tienda de Massimo Dutti en Benito Corbal, en la que trabajaba la Sonia Iglesias y a la que nunca acudió aquel 18 de agosto. El resto de la manifestación fue silencioso, como ya es habitual en las celebradas en recuerdo de la joven desaparecida.
Antes de que unos 3.000 pontevedreses se echasen a andar, Mari Carmen leyó un discurso dirigido a todos ellos, para agradecer "vuestra presencia" y, "una vez más, deciros que vuestro apoyo, siempre incondicional a pesar del paso del tiempo, ha sido y sigue siendo fundamental en nuestra lucha para descubrir qué le paso a Sonia".
Mientras pronunciaba unas palabras cargadas de emoción, sus padres, tambíen presentes, rompieron a llorar, aunque de forma comedida, haciendo gala de la discrección que les ha caracterizado en los tres últimos años. Su hija Mari Carmen agradeció el respaldo ciudadano a la convocatoria porque con él, se sigue "demostrando, día a día, que Sonia sigue tan viva en vuestra memoria como en la nuestra" y porque esa situación "nos da fuerzas para seguir adelante".
"No la olvidamos, como sabéis, ni un solo día", aseguró. Por eso, "y porque no se merecía que le ocurriese nada malo", quieren "llegar hasta el final y descubrir la verdad: qué le pasó, dónde está". Y en ese camino la clave está ahora en la Justicia.
Al igual que la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Pontevedra, la familia y amigos de Sonia Iglesias quieren que el caso pase al Juzgado de Violencia contra la Mujer. Esa decisión está ahora en manos de la Audiencia Provicial, que se espera que resuelva en septiembre. Ante este inminente pronunciamiento, se muestran "esperanzados", ya que de asumirlo este juzgado especializado creen que "supondría la apertura de nuevas diligencias, y un paso más para descubrir qué le pasó a Sonia".