Tres años de prisión para el responsable de un narcopiso en el centro de Pontevedra

Pontevedra
15 de diciembre 2022

Tres años de prisión y una multa de 5.500 euros. Es la pena que deberá cumplir un pontevedrés que en el año 2022 tenía un narcopiso en el que cultivaba marihuana y vendía distintos tipos de sustancias estupefacientes en el centro de Pontevedra. El hombre firmó este jueves un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que evitó llegar a juicio

Material confiscado en la "Operación Millán"
Material confiscado en la "Operación Millán" / Policía Nacional

Tres años de prisión y una multa de 5.500 euros. Es la pena que deberá cumplir un pontevedrés que en el año 2022 tenía un narco piso en el que cultivaba marihuana y vendía distintos tipos de sustancias estupefacientes en el centro de Pontevedra.

El hombre firmó este jueves un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que evitó llegar a juicio. La vista oral estaba prevista en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que ahora dictará una sentencia con su conformidad.

El acuerdo no se pronuncia sobre la posible suspensión de la ejecución de la condena, que los magistrados deberán decidir cuándo emitan su fallo.

Este narcopiso llegó a conocimiento de la Policía Nacional como consecuencia  de una alerta vecinal ante la posibilidad de que en la vivienda del encausado en la ciudad se pudieran estar vendiendo sustancias estupefacientes, debido al constante trasiego de personas toxicómanas.

A partir del mes de febrero de 2020, los policías establecieron un dispositivo sobre la citada vivienda y, en la que se bautizó como operación Millán, presenciaron una transacción de droga en calle Michelena y también que ciertos individuos acudían a la vivienda del encausado, para abandonar la misma al cabo de unos instantes.

Algunas de estas personas fueron interceptadas por agentes de la Policía Nacional y le intervinieron cannabis o resina de cannabis. En todo caso, no se pudo asegurar a ciencia cierta si dichas sustancias se las había podido proporcionar el encausado en su domicilio o las habían adquirido en otro lugar y a otra persona.

El 30 de septiembre de ese año realizaron un registro en la vivienda. En el dormitorio localizaron sustancias estupefacientes que concluyeron que poseía para destinarlas al consumo de terceras personas a cambio de una contraprestación de carácter económico.

Eran diversas cantidades de resina de cannabis, una cajita con cogollos de cannabis, una bolsa de cartón con picadillo de hojas de planta de cannabis, dos comprimidos y medio de sustancia MDMA (éxtasis), ocho paquetes de cocaína y dos teléfonos móviles y objetos para manipular droga.

En otra habitación había cuatro macetas con plantas de marihuana podadas, quedando solamente el tallo central, con una medida entre 50 y 108 centímetros y dos picadoras de marihuana.

El trastero estaba habilitado como secadero de marihuana, con restos de dicha sustancia vegetal esparcidos por el suelo. Había una lámpara con su transformador eléctrico y se había tapado con papel de aluminio la ventana que da al patio de luces.

En otra habitación se encontró un armario de plástico cuyo interior era de material reflectante y que utilizaba para el cultivo de la marihuana.

Había en esa estancia una lámpara para dar calor, 26 macetas de plástico con sus platos, 3 tubos flexibles para la extracción, un ventilador, enchufes con regletas y 2 programadores eléctricos.