Trazo Verde, una papelería real y sostenible en la que el alumnado del Luís Seoane demuestra sus habilidades

Pontevedra
13 de marzo 2025

Estudiantado y profesorado del instituto vaciaron las estanterías de la tienda, en el segundo sótano. Cuadernos, tote bags, lapiceros, gomas, bolígrafos o un set de picnic diseñados por ellos

Trazo Verde, la tienda de papelería sostenible del IES Luis Seoane
Trazo Verde, la tienda de papelería sostenible del IES Luis Seoane PontevedraViva

La actividad fue frenética este miércoles 12 de marzo en el segundo sótano del instituto Luís Seoane de Monte Porreiro. Alumnado y profesorado no quería perderse la nueva atracción de centro, Trazo Verde. 

Nada más bajar las escaleras, ya llamaba la atención un escaparate en el que se cuidaba hasta el último detalle. Cuadernos de distintos tamaños, tote bags, lapiceros, gomas, bolígrafos, marcapáginas, postales, planificadores o sets de picnic de distintos diseños llenaban las estanterías, tan atractivas que resultaba imposible no entrar.

En el interior, podía verse una papelería con un amplio surtido de material. Como cualquier otra tienda de similares características que se puede visitar en la calle, pero sostenible y con un rasgo que la hace única: sus creadores

 Alumnas y alumnos los ciclos básico, medio y superior de Comercio y Marketing hicieron posible este proyecto, una tienda autogestionada en la que crearon ellos mismos cada detalle, desde el diseño a la fabricación, la decoración y la atención al público.

Detrás hay un proyecto educativo interdisciplinar liderado por los docentes Pilar Brea, Diego Pereiro y Marina Montenegro en el que todos llevan trabajando todo el curso y este miércoles, como colofón, abrió al público.

Los estudiantes desarrollaron la idea de negocio, diseñaron cinco líneas de productos, crearon un catálogo, cuidaron el escaparatismo y su distribución en la tienda y a cada producto le asignaron un código de barras que permite la gestión del stock, más de 50 referencias diferentes.

El proyecto ya se presentó en octubre en la feria educativa Edugal y este miércoles sus creadores vivieron su prueba de fuego. El público entró, pudo ver todos sus productos y compró. En la caja, no les faltó detalle. Como en cualquier tienda física, escaneraron el código de barras, cobraron, dieron y ticket y empaquetaron

La respuesta fue masiva y positiva, con gran éxito de ventas y asistencia, tanto que hubo referencias que se agotaron y hubo que crear una lista de reserva

Los precios eran variados, entre los 0,20 de un marcapáginas y los 10 de una tote bag, pasando por un set de picnic a 0,70 o planificadores a 2. Todos muy competitivos y resultado de un trabajo de estudios de mercado y cálculo de costes. El objetivo será cubrir gastos y lograr un pequeño beneficio que se reinvertirá en el proyecto

Contaron con la ayuda de un escaparatista profesional y con sus profesores, que valoran que es mucho más didáctica esta clase práctica que cualquier teoría impartida en el aula

Una de sus docentes, Pilar Brea, explica que este proyecto fue posible gracias a las nuevas instalaciones habilitadas en el segundo sótano, que pasó de almacén a aula-taller preparada como tienda -y a otros espacios y aulas-. "Decidimos aprovecharla y hacer algo que pudieran hacer los alumnos con sus manos, papelería sostenible", explica.

Fue un trabajo en equipo. Alumnado del ciclo superior usó sus habilidades en aplicaciones informáticas para realizar cinco diseños y colaborar en el escaparatismo. Los estudiantes de ciclo básico crearon el material y están implicados en los cobros. Los de medio, se vieron involucrados en el proceso de creación de producto. 

Ainara Villaverde, del ciclo básico, estuvo implicada en el escaparatismo y la decoración o la creación de los códigos de barras y reconoce que todo el proceso es más complejo de lo que pensaba. "La verdad es que fue un poco agobiante", confiesa, pero añade que "ahora que se acaba de estrenar es todo muy gratificante" y "está funcionando bien. 

Daniel Troncoso, igualmente de un ciclo básico, se muestra orgulloso de que "lo hicimos todo nosotros, con material reciclado a lo largo de todo el curso, desde cero" y lo considera "una buena experiencia". Coincide en que "es complicado", en especial algunos productos. 

El resultado: "todo te entra por los ojos" y docentes y estudiantes "están como locos". Han podido ver una experiencia de venta real y no dudaron en comprar. 

También el equipo directivo valora la iniciativa. Joaquín Pece, jefe de estudios de FP, valora el nuevo espacio del aula-taller, pues abre "una nueva oportunidad de hacer proyectos mucho más prácticos, mucho más interdisciplinares", con la colaboración de varios ciclos, módulos y etapas educativas.

Se muestra "encantado de ver ahora los frutos de este primer año" y confía en que "cada año le saquemos todavía más partido y hagamos varios eventos de este tipo". En esta ocasión, valora "esta oportunidad de hacer que los chicos salgan del aula y estén aquí siendo protagonistas de esta parte mucho más práctica y más completa".