El próximo lunes 11 de mayo comienza la fase 1 de desescalada, en la que se permitirá que los establecimientos hoteleros retomen la actividad.
En la ciudad de Pontevedra, solo tres hoteles abrirán sus puertas este lunes: Hotel Rúas, Alda Estación Pontevedra, Galicia Palace y Campaniola
Precisamente, el Galicia Palace ha sido el único hotel de la ciudad que ha permanecido abierto durante el estado de alarma, aunque su actividad se ha restringido a alojar únicamente a personal de trabajos esenciales. Un servicio a la sociedad que, como preveían, se ha traducido en una ocupación muy baja.
El problema que se plantea este lunes 11 de mayo es que continúan prohibidos los viajes turísticos, los grandes eventos sociales y cualquier tipo de desplazamiento que no esté debidamente justificado entre provincias. A falta de viajeros, los hoteles se quedan sin posibilidad de conseguir clientes.
Esta situación afecta especialmente a las zonas más turísticas. Desde el Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo informan de que ninguno de sus asociados va a abrir sus puertas este lunes 11 de mayo, aunque no se descarta que pueda haber alguna apertura más adelante, siempre y cuando se autoricen los desplazamientos entre provincias.
Desde el Hotel Rúas de Pontevedra confirman que para esta primera semana ningún cliente ha realizado reservas y que la reapertura será esencialmente para poner a punto las instalaciones después de casi dos meses cerradas. Sí tienen reservas para las últimas semanas de mayo pero ni de lejos llegan para cubrir gastos. Es más, tampoco pueden asegurar que al acercarse la fecha éstas puedan ser canceladas.
Otro hotel de la ciudad, que ha pedido no revelar su nombre, tenía previsto abrir este lunes pero, con casi toda su plantilla en un ERTE, ante la expectativa de no tener una sola reserva y la anulación de todos los grupos que ya tenían contratados hasta después del verano, ven imposible abrir al público.
La mayoría de los hoteles de la ciudad no retomarán la actividad este próximo lunes 11 de mayo porque se les hace absolutamente inviable, "sin clientes ni previsiones de ocupación ni reservas es imposible poder planificar nada", se lamenta el gerente de otro de los establecimientos consultados, que también ha rogado no dar su nombre.
La situación es límite para los hoteles porque siguen teniendo que afrontar unos gastos fijos de mantenimiento de las instalaciones, que son inasumibles sin fuentes de ingresos. Este empresario no solo ve imposible abrir a corto plazo, sino que ya presiente todo el año perdido "porque no van a venir ni alemanes, ni franceses, ni portugueses, que son los principales visitantes de Pontevedra y que sus gobiernos ya les han dicho que no viajen a España".