Sin agua a menos de dos kilómetros del centro de Pontevedra

Pontevedra
20 de septiembre 2019

Los vecinos del lugar de Moldes, en Mourente, llevan todo el verano sin agua porque sus pozos están secos y carecen de suministro de la traída. Presentaron 87 firmas para reclamar al Concello que agilice las obras, que no estarán listas hasta el 2022

Jaime Porto llena garrafas en una fuente para realizar las tareas cotidianas Cristina Saiz

Para limpiarse las manos, para cocinar, para orinar, para ducharse, para beber, para lavar el coche. Para cientos de tareas domésticas que cualquier ciudadano realiza a diario solo es necesario un simple gesto. Girar la manija del grifo. Y el agua comienza a brotar como por arte de magia. Pero no siempre es así. Que se lo digan a los vecinos del lugar de Moldes, en la parroquia de Mourente y a menos de dos kilómetros del centro urbano, que llevan sin agua corriente desde el mes de junio porque sus pozos se secan cada año antes y carecen de suministro público de agua. "Vamos a buscar agua a la fuente o se la pedimos a los vecinos", asume tan resignada como enfada María Acuña, vecina de esta localidad que lleva toda la vida esperando solución a un problema que cada año se hace más insoportable.

En agosto, el gobierno local aprobó el proyecto para llevar agua corriente a diversas localidades de las parroquias de Marcón y Mourente, entre las que está incluida la de Moldes. Sin embargo, el plazo de ejecición de la obra es de dos años y los vecinos están hartos de esperar. "Estamos rodeados de varios depósitos de agua y por esta carretera (la de San Mauro) pasan unas canalizaciones hacia Ponte Caldelas. ¿Cómo puede ser que no tengamos agua?", cuestiona con hartazgo Jaime Porto, que también lleva varios meses sin agua al secarse el pozo que tiene en su finca.

Para conseguir la atención del gobierno local, los vecinos afectados acudieron a la asociación de vecinos El Castro de Mourente, que inició una campaña de firmas e hizo llegar una carta al alcalde de Pontevedra. Consiguieron el apoyo de 87 personas y en la misiva "reclaman al Concello que acometa los más rápido posible estas obras en los siguientes lugares: San Mauro, Rúa dos Cantos, Rúa de Ángel Sarmiento y Rúa das Olivas". Asimismo, hacen hincapié en que están a menos de dos kilómetros del centro para resaltar la gravedad del problema, del que esperan hablar en persona con el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores.

Mientras tanto, los afectados tiran de ingenio, imaginación, familia, amigos y de bolsillo para solventar las tareas cotidianas. "Compré una finca hace quince años para hacer otro pozo porque el de mi casa se secó", confiesa Acuña, que debe caminar casi medio kilómetro a diario con unas garrafas cargadas con veinte litros de agua. Pero con eso no basta. Cada vez que necesitan agua deben calentarla en la cocina. "Para ducharnos", pone como ejemplo.

Más grave fue la situación que tuvo que padecer Porto, que se vio obligado a trasladar a su madre, anciana y enferma, a la casa de su tía porque al no tener agua no podían asearla ni cuidarla como era debido. "Mi madre falleció fuera de su casa", relata todavía apenado este vecino, que también tuvo que renunciar al cuidado de su jardín y huerta al no poder regar las plantas.

Además de las incomodidades del día a día, la falta de una conexión al suministro de agua afecta también a la actividad económica del barrio. "Hay bares que no pueden abrir y nuestras casas pierden valor, ¿quién va a comprar una casa en la que no hay agua?", critica Porto, que acude a menudo a la lavandería para hacer la colada y a un piso que tiene en otra zona de la ciudad para ducharse.

Por todas estas incomodidades impropias de una capital de provincia en pleno siglo XXI, los vecinos han decidido decir basta y reclamar los servicios que les corresponden. "Porque los impuestos los seguimos pagando", recuerdan.