Sesión vermú, tardeo y local de copas, la nueva vida del Club Naval como Sala Zennet

Pontevedra
10 de mayo 2024

Carlos Fontán Ruiz y Javier Mori De Soignie reabrirán en agosto este local de 480 metros cuadrados. Con "estilo industrial, estética de cemento pulido y líneas muy limpias", buscan ser complementarios a la oferta de hostelería de la ciudad y dinamizar la ribera del río. Funcionará porque "el concepto es diferente" y "en Pontevedra hace falta"

Carlos Fontán y Javier Mori, en la terraza del Club Naval Mónica Patxot

Carlos Fontán Ruiz y Javier Mori De Soignie. Son dos conocidos hosteleros de Pontevedra, propietarios de Cervecería Bruc y La Pipa bar y tienda el primero y de Ítaca Copas y Artik Club el segundo. Y, a partir del próximo verano, serán también los responsables de un proyecto novedoso, la reapertura de la primera planta del Club Naval reconvertida en un local que busca cubrir la oferta de ocio en la ciudad entre las doce de la mañana y bien entrada la madrugada

El local, de 480 metros cuadrados, ha sido en los últimos años restaurante, cafetería, bar... y, tras una última experiencia como 'Bizarro', cerró sus puertas hace unas semanas. Ahora, Fontán y Mori han cogido el traspaso y están inmersos en las obras necesarias para transformarlo y reabrirlo el próximo mes de agosto dirigido a un público a partir de los 23.

El nuevo negocio ya tiene nombre, Sala Zennet, a medio camino entre 'cennet, paraíso en turco, y 'cenit', el punto más alto del sol.

Con "estilo industrial, estética de cemento pulido y líneas muy limpias", en él, quieren construir su propio paraíso del ocio pontevedrés, concebido como complementario a la oferta de hostelería que existe en otros puntos de la ciudad, en especial, del casco histórico, más enfocado en el ocio nocturno y también para dinamizar esta zona de la ciudad, orillamar, pues "que a diez minutos del Concello tengas un puerto deportivo, es una maravilla" y consideran que no está bien explotada ni por parte de la iniciativa privada ni de las administraciones.

Buscan "cubrir un hueco" que había en la oferta de hostelería de la ciudad para el vermú, el tardeo, la música en vivo, las copas de última hora e incluso los eventos privados y también expandirla más allá del casco histórico.  "En toda la ribera del río casi no hay locales", apuntan y, con este, buscan "abrir un poco la ciudad" y convertirse en "un balcón encima del río" con vistas privilegiada para tomar una copa o un vermú. 

La próxima semana presentarán la petición de licencia en el Concello de Pontevedra con la pretensión de tener autorización como sala de fiesta. La licencia es muy exigente e incluye requisitos de aislamiento, insonorización, evacuación y todo tipo de cuestiones legales que garanticen la seguridad y también que no altere la convivencia de la zona.

Al respecto, insisten en que "si nos dan la licencia, es porque cumplimos todos los requisitos". Y, si las conceden, sí, abrirán en horario nocturno hasta las 6.30 horas, pero su negocio será integral. Su intención es ser mucho más y, cada día, durante toda la semana, abrirán ya a las 12.00 horas de la mañana para la sesión vermú. 

Durante el día, darán servicio a los socios del Club Naval y también a los vecinos de la zona y a todos los pontevedreses y visitantes que buscan disfrutar de un vermú, una cerveza o cualquier otra bebida con vistas a la Ría de Pontevedra, el puente de A Barca o el puente de As Correntes.

Ya por la tarde, ofrecerán lo mismo, pero muy enfocados en el conocido como 'tardeo', buscando llegar a ese público al que le gusta disfrutar de una buena copa en un ambiente agradable mientras cae la tarde.  Será su plato fuerte y, para explotarlo, ya tienen en mente una programación de música en vivo y actuaciones para dinamizarlo. Aprovechan para lanzar un llamamiento a personas dedicadas a la programación cultural que puedan colaborar con ellos en esa tarea.

Durante el fin de semana, el servicio aumentará. Abrirán durante el día como el resto de la semana, pero también, llegada la noche, también serán local de copas, con varios espacios, uno abierto para bailar y consumo en barra, otro con reservados y uno con una barra 'premium' pensada ya en personas que busquen copas de mayor valor y una zona en la que hablar con más tranquilidad. 

En Pontevedra ya hay muchos locales de copas, ellos mismos vienen de ese sector, y no quieren ocupar el lugar de nadie en el mercado, sino abrirse su propio hueco, "complementario" a la oferta ya existente, conscientes de que "todos necesitamos que el resto funcione. Si no hay donde acabar, la gente no empieza". 

Este movimiento de estos dos hosteleros les permite sortear las restricciones del Plan Especial de Protección y Reforma Interior y Conservación Artística (Peprica) del casco histórico de Pontevedra y las dificultades actuales para conseguir licencias para el ocio nocturno en la zona antigua de la ciudad y, al mismo tiempo, aprovecharse de la cercanía de esta zona de copas, pues "la zona monumental está a seis minutos andando".

Carlos y Javier llegaron al Club Naval con unas intenciones muy diferentes. Buscaban un lugar para hacer una fiesta de San Juan, pero, hablando con los antiguos responsables, se fueron emocionando y decidieron dar el paso y coger el traspaso. "Es el local", aseguran. El local con mayúsculas, con el que buscan también "captar gente que se va a otras ciudades porque no encuentra oferta en Pontevedra". 

Tienen el anterior contrato de 'Bizarro', que les permite estar en el local hasta 2033, fecha en la que termina la concesión de Portos de Galicia, y, si se renueva la concesión, tendrán también, por contrato, opción a renovación. Lo encaran pensando en ese largo plazo, "optimistas" con que funcionará porque, a diferencia de anteriores negocios que abrieron en el local, "el concepto es diferente" y "en Pontevedra hace falta".