Paco Luis López Sánchez (Pontevedra, 1956) se confiesa apasionado de la Semana Santa desde hace 61 años: "a los 7 años procesioné por primera vez".
Fue cuando casualmente su tío Moncho, que era secretario de la Cofradía del Espíritu Santo (conocida como Cofradía del Instituto) y de la Cofradía del Silencio, "nos fue involucrando y nos fue metiendo en el sarao", a Paco y a sus tres hermanos varones (en total eran 9 hermanos, cuatro chicos y cinco chicas).
"Yo estuve de directivo en la Cofradía del Silencio, además de en todos los puestos en que podía estar, y después por la enfermedad de una persona, llevaba todos los viernes el paso de las Angustias empujando", relata. Unos desacuerdos con la forma en que se había gestionado la incorporación de las mujeres a la cofradía, le llevaron a tomar la decisión de "dejar de salir".
"Entonces me cogió Javier Mayán, el de la Cruz a Cuestas, y me dice: 'Paco, necesito un veedor'. Y ese año salí con ellos con la carraca". Cuenta que como veedor se encargaba de la coordinación del paso, cuándo parar y reanudar la marcha, vigilar que todos los faroles se mantuviesen encendidos u organizar el paso por calles estrechas. Posteriormente, cambió la labor de cofrade por la de operador de cámara. "Soy un apasionado de las cámaras, en el año 95 empecé a grabar las procesiones de Pontevedra". Todo ello compaginado con su profesión de delineante.
Damos un salto en el tiempo y llegamos al presente, en el que Paco Luis se ha empeñado en un proyecto que sorprende. "En Navidad monto el nacimiento y en Semana Santa los pasos procesionales". Quiere que, igual que en muchos hogares se montan belenes, por qué no abrir esta costumbre a los pasos, con su trono, sus imágenes y cofrades.
Comenta que fue hace cuatro años, durante el viaje de novios a Andalucía, que en el escaparate de una cerería se encontraron con la figurita de un cofrade y "es ahí donde me empiezo a animar a comprar". Tal es la emoción que le suscita este hallazgo que en cada viaje la parada en tiendas de imaginería o cererías es obligada. También hace alguna adquisición por catálogo, siempre a almacenes nacionales.
De Mallorca se traía la imagen de más valor de su colección: la representación de la Última Cena, que le costó 300 euros. En total, calcula que ha invertido unos 3.000 euros en las más de cien figuras que ha ido reuniendo.
Además de recopilar los coloridos cofrades representativos de diferentes lugares de España, su idea es montar todos los pasos procesionales de la Semana Santa pontevedresa. De momento, cuenta con las imágenes emblemáticas del Cristo de las Caídas, el Jesús Nazareno, María Santísima de la Esperanza, paso de la Cena, Jesús Cautivo, Jesús atado a la columna, el Ecce Homo, Cristo con la Cruz a Cuestas, Cristo de la Expiación, Virgen de la Soledad, Nuestra Señora del Amor Hermoso, la Verónica y Nuestra Señora de las Angustias.
Para completar este montaje, en su casa de A Lama va elaborando piezas artesanas, actividad que ha trasladado a los más pequeños. "Quiero involucrar a los niños para que su vivencia de la Semana Santa no sea solo el momento de vestirles el hábito e ir a la procesión". Cada viernes, en la parroquia de Santiaguiño do Burgo enseña a un grupo de 20 niños a modelar las piezas en barro de terracota.
"Este año voy a intentar estrenar la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Espíritu Santo"
"Este año voy a intentar estrenar la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Espíritu Santo hecha por los críos y por mí", indica. De esta labor se han hecho eco en Viveiro, uno de los lugares de Galicia de referencia en cuanto a procesiones. Paco Luis confirma la colaboración con el Centro Ocupacional Aspanane para imprimir el esmaltado final a las figuras que modelan y decoran en O Burgo.
Quiere reproducir todas las cofradías de la Semana Santa de Pontevedra. "Ya tengo hechos en terracota los cofrades que llevan al Nazareno en la procesión del martes y la cruz guía. Mi reto es hacer el trono con el palio". Pese a que nunca ha elaborado una estructura tan pequeña, experiencia en construcciones móviles tiene. En la charla con este medio nos descubre que durante varios años fue el responsable de confeccionar la carroza del Rey Urco en Carnaval. Su sueño es poder montar pequeñas maquetas tipo diorama con cada paso y exponerlas, por eso manifiesta que está abierto a cualquier persona que quiera colaborar con su proyecto.
Paco Luis finaliza este encuentro con una reflexión final en la que admite que completar la colección de figuras compradas con las de elaboración propia "vino a colación de que me diagnosticaron Parkinson". Por ello, "estoy ejercitando las manos y la mente, y así también se quedan estas figuras para la posteridad".