Nunca hasta ahora, al menos públicamente, Samuel Kwesi había contado de forma tan explícita los recuerdos que guarda del trágico naufragio del Villa de Pitanxo, en el que fallecieron 21 de sus compañeros y del que él fue uno de los tres únicos supervivientes.
Lo ha hecho por primera vez este lunes en Marín, en el homenaje a los marineros del Playa de Menduíña Dos, el pesquero gallego que auxilió a los náufragos del Villa de Pitanxo. Allí ha relatado lo que, según él mismo ha explicado, "llevo un año guardando en mi corazón".
Embargado por la emoción e incapaz de retener las lágrimas, el marinero ghanés ha agradecido el trato recibido por sus rescatadores porque "me hicisteis sentir bien, me protegisteis y ninguno de vosotros me dio la espalda, todos estabais preocupados por mí".
"Me salvé del Villa de Pitanxo al poder salir del barco, pero los que me han dado la oportunidad de estar aquí hoy son estos hombres", ha destacado el superviviente del naufragio, que ha recordado como, al subir al Playa de Menduíña Dos, "sentí que estaba a salvo".
Antes de eso, según su propias palabras, "acepté que iba a ser el siguiente en morir", sobre todo tras ver cómo uno de sus compañeros, que como él no llevaba el traje térmico, perdía la vida en la balsa mientras esperaban porque alguien los encontrara en medio del mar.
Su "esperanza", antes de la llegada del barco gallego, era un buque portugués que ellos mismos divisaban desde la balsa "pero ellos no nos vieron". Horas después escucharon un silbato detrás de ellos. Era el Playa de Menduíña Dos. "Ahí fue cuando supe que no iba a morir", ha expresado.
"Yo no tenía fuerza para subir al barco. Tuvieron que ayudarme ellos", ha confesado Samuel Kwesi, que ha apuntado que "nunca en mi vida voy a olvidar ese esfuerzo que hicieron", dejando de lado todo lo que estaban haciendo para ayudarles.
Estos marineros, ha añadido, "son mi familia" y les ha agradecido todo su apoyo "no por haber declarado a mi favor y al de mis compañeros", sino por haberles ayudado en el peor momento de sus vidas "y acogerme enseguida como uno más de ellos".
Acompañando a Samuel en este sentido homenaje a los marineros del Playa de Menduíña Dos estaban sus padres de acogida, Samuel Gago y Ramona Otero, que han reconocido que este año ha sido "muy difícil" para él, aunque "poco a poco vamos centrándolo".
"Ha pasado por una situación muy complicada", ha señalado Samuel Gago, que sostiene que "él se hace fuerte y lucha por tirar hacia adelante", a pesar de tener que lidiar a diario con cuestiones "que le quitan mucho la moral".
Al cumplirse un año de la tragedia, recuerda la incertidumbre que vivieron en los primeros momentos tras el naufragio porque "no sabíamos si era él o no" alguno de los tres supervivientes. No salieron de dudas hasta que el propio Samuel les llamó por teléfono.
Escuchar su voz, reconoce su padre de acogida, "fue un alivio tremendo dentro del dolor que sentíamos todos por los que se quedaron atrás".
Aún hoy Samuel Kwesi "los tiene presentes en todo momento", según su familia adoptiva. "Se despierta soñando con ellos, piensa sobre ellos y hasta escucha sus voces", relata su padre. "Él lo lleva muy mal pero lucha por salir de eso porque la vida sigue", sentencia.