El de este sábado no ha sido un día cualquiera en las Rías Baixas. Muchas han sido las personas que, a pesar de la lluvia, han recorrido los principales arenales pontevedreses para comprobar si, como estaba previsto, la mala mar de estas últimas horas arrastraban más pellets hasta la costa.
Los dispositivos de vigilancia han sido intensos en las rías de Arousa y Pontevedra, dos de las zonas más afectadas, junto con Muros y Noia, por la llegada de estos microplásticos.
Así, playas como Mexilloeira (O Grove) o Chancelas y Raxó (Poio) han sido solo algunas de las playas en donde se han buscando, sin apenas éxito, muestras de este material contaminante.
La Xunta de Galicia, al mismo tiempo, ha activado dos helicópteros, cinco embarcaciones de gran porte y otras siete patrulleras para rastrear en las costas gallegas los sacos perdidos por el buque Toconao. A ellos se sumó un avión movilizado por el Gobierno.
Este operativo marítimo se suma al personal en tierra que, según el gobierno gallego, cuenta actualmente con más de 300 efectivos, que en las últimas horas han recorrido más de 50 playas pertenecientes a 35 concellos.
Hasta el momento, todo este trabajo ha permitido retirar de los arenales gallegos el equivalente a 80 sacos de pellets, junto con más de 1.500 kilos de otros residuos plásticos.