Roberto Díaz y Fátima Otero, de la Coordinadora Aecam Galicia Animales del mundo, paseaban durante las últimas horas por el entorno de la calle Martín Códax. Querían realizar fotografías de la fauna que se encuentra en esta zona de las marismas de Alba.
Se encontraron con una imagen desoladora, derivada de las consecuencias de la sequía que sufren las Rías Baixas en los últimos meses y de la falta de atención de este espacio natural. "Se ven cadáveres que por la cantidad de fango y la carencia de agua han quedado sepultados", señala Fátima Otero.
Ante este panorama, Roberto observó cómo algo se movía entre el lodazal. Era un zampullín chico. Solo le sobresalía la cabeza y era incapaz de salir. A partir de ese momento, comenzó una operación rescate.
Un trabajador de la nave de Medio Ambiente les aportó cuerdas y tablas para intentar acercarse hasta el lugar donde se encontraba el ave. Con un ganapán y después de varios intentos lograron rescatar al animal que peleaba por salir del fango.
El ejemplar de zampullín no se encontraba en buen estado cuando fue rescatado, según explican, y lo dejaron en manos de los técnicos de Cotorredondo para que pueda recuperarse.
Fátima Otero señala que la zona se encuentra muy descuidada y reclaman que por parte de la administración, tanto local como autonómica, se elabore un plan de cuidado para el entorno de las marismas y se adopten medidas para evitar que mueran estas especies en este entorno natural.