Representan en vivo el Rito del Desenclavo

Pontevedra
26 de marzo 2016

El grupo de teatro de la parroquia de Santa María ha representado en vivo el Rito del Desenclavo, recuperando una tradición que se abandonó hace 50 años

Representación del Desenclavo de Cristo
Representación del Desenclavo de Cristo / Carolina Buceta
Análisis de la representación del Desenclavo de Cristo /

Mucha emoción, sorpresa e incluso alguna lágrima se le escapó a los asistentes, cerca del centenar, durante el Rito del Desenclavo, celebrado durante el Viernes Santo, en la Basílica de Santa María. Este Rito forma parte de uno de los oficios habituales de estas fechas, que por primera vez en más de 50 años, se ha dramatizado tras el rezo de Vísperas, oración oficial de la Iglesia. De esta forma se recupera una tradición de la parroquia.

Ante el altar de la Basílica, el escenario creado para la ocasión acogía a un total de 15 personas que se pusieron en la piel de quienes acompañaron a Jesús de Nazaret durante su muerte en la cruz, como por ejemplo, el discípulo amado, Juan, la Virgen María, la Magdalena, o Nicodemo, entre otros muchos.

Aunque en total participaron 21 personas para hacer posible esta representación, contando a los técnicos de sonido, la script, un encargado de vestuario, otro encargado de la música, y la colaboración de las dos personas que todos los años realizan el Desenclavo.

Mundo Villalustre, director de la obra y actor profesional, manifestaba su alegría por el resultado conseguido por todo el equipo de teatro de Santa María, que han estado trabajando desde mediados de enero. Esta alegría es compartida también por los propios actores; la actriz que encarna a la Magdalena, Carla Coronado, declara que ha supuesto "una experiencia de meterse mucho en el papel, porque no es cualquier obra de teatro", pues estaba en verso y contaba con poco diálogo.

Los actos de Semana Santa continúan este sábado 26 con la Vigilia Pascual, en las diferentes parroquias de la ciudad del Lérez. En el caso de Santa María, estará presidida por Jesús Fernández, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Santiago de Compostela.