El sindicato CSIF ha reclamado el aumento del número de vigilantes de seguridad y de medios de protección en los hospitales públicos de Pontevedra y O Salnés ante el repunte de las agresiones a profesionales que se está registrado en los últimos meses.
El último incidente conocido, recuerda esta central sindical, se produjo el pasado viernes en Pontevedra, cuando un vigilante de seguridad de Montecelo recibió varios golpes en la cara por parte de dos personas, padre e hijo, en la entrada de Urgencias.
"Está aumentando la inseguridad en estos centros", advierten desde CSIF, que enumeran las continuas amenazas, insultos y agresiones que recibe el personal de estos hospitales.
El sindicato entiende que "hay una falta de respeto preocupante" en los pacientes, que "no entienden que tienen que esperar o seguir unas normas", una conducta ante la que los vigilantes de seguridad "no dan abasto".
Ante esta situación, la empresa adjudicataria del servicio de seguridad de los hospitales accedió a dotar a su personal de chalecos anti corte y pinchazo, incluyendo además la defensa dentro las materias que incluye la formación obligatoria que deben prestar.
Estas medidas, según el CSIF, son "insuficientes", por lo que exigen un refuerzo de personal para que los vigilantes "garanticen su propia protección y la buena convivencia del centro".
Además, insisten en que desde que la ley de seguridad privada eliminó la condición de agentes de la autoridad de los vigilantes, estos están en una situación de "gran vulnerabilidad ante estas agresiones porque sus funciones "no están amparadas jurídicamente".