Raquel y Raúl celebran su boda medieval en la Feira Franca

Pontevedra
07 de septiembre 2019

Raquel es pontevedresa, Raúl es madrileño. Raquel y Raúl celebraron la ceremonia de su boda este sábado 7 de agosto. Una boda casi rematando la segunda década del siglo XXI pero en el siglo XV, en plena Feira Franca 

Raquel y Raúl son desde el jueves un matrimonio civil. No obstante reservaron la ceremonia con amigos y familia para hace seis siglos. No hay errata. Es este siete de septiembre, cuando Pontevedra regresa un año más al siglo XV y por tanto cuando esta pontevedresa y este madrileño celebran su boda.

No querían un enlace tradicional, así que repensando cómo escapar de lo usual, depararon en la Feira Franca. Actualmente el Concello no oficia ceremonias civiles coincidiendo con esta fiesta, por lo que tras el trámite del pasado jueves, hoy han hecho unos esponsales sencillos y seguidamente continúan la celebración imbuidos en el medievo del centro histórico pontevedrés.

Con esta decisión además, querían "sacarle el protagonismo a propia boda y dar más realce a un festejo con amigos y familiares".

La Feira Franca es una de las fiestas favoritas de la novia, quien avanzaba en los días previos que los invitados foráneos "están con mucha expectación. Para ellos va a ser todo novedoso y se van a sorprender porque Pontevedra tiene un marco ideal para la Feira Franca y además se vuelca en ella".

Otra de las bondades para la señalada fecha que han proclamado entre sus asistentes es que "van a disfrutar una boda muy cómodos porque no hay tacones, ni trajes, ni corbatas; alpargatas, ropa cómoda ¡y a pasarlo bien!". Ellos tamén van acordes con la tesitura y la época, trajes de novios del medievo.

UNA PONTEVEDRESA Y UN MADRILEÑO

Raquel es de Pontevedra y Raúl es de Madrid. No se conocieron en ninguna de las dos capitales. Fue en 2007, en Londres. Ella estudiaba con una beca en el Reino Unido y él fue a visitar a su hermano, quien también cursaba una beca semejante. Tras el encuentro 'british' hubo intercambio de viajes a Galicia y a la capital española. Finalmente, en 2012, por falta de oportunidades profesionales en Pontevedra y porque "mi chico estaba allí", Raquel se afincó en Madrid.

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