A día de hoy y desde hace unos años, "Pepe Shiva" o José Víctor González, vive el Carnaval pontevedrés desde el tendido. Esto no significa que no tenga su opinión sobre lo que es, a pie de 2017, esta semana, con unas características que la hacen totalmente diferente a los entroidos de Galicia. Sólo faltaría, máxime sabiendo que su cabeza parió la idea de hacer un desfile de entroido en la calle y de convertir al loro de un boticario en el principal vividor y difunto de tanta fiesta.
Paradojas de la vida, a finales de 1983, consecuencia de la tragedia que provocó el incendio de la discoteca madrileña Alcalá 20, las autoridades reunieron a los propietarios de discotecas y salas de fiesta de la ciudad para supervisar condiciones de seguridad.
En estos encuentros fue donde "Pepe Shiva" propuso que llegado el Carnaval se hiciera un desfile en la calle. En aquella ocasión, fueron unos doscientos los primeros participantes y con el paso de los años nos encontramos con el desfile del sábado 25.
Idearon a Urco, encarnaron a Teucro -aunque por poco tiempo- y junto a Pepe, fueron allanando el camino del entroido pontevedrés, nombres como el de José Manuel Brea, o los que integraban las comparsas "Juno" y "Los Shivaritas". El siguiente capítulo llega con el libro "Mi viejo carnet" de Prudencio Landín.
Aquellas páginas supusieron que el loro de la botica de don Perfecto tuviera una segunda vida: tan corta como llena de algarabía. Su segunda "reencarnación" lleva nombre femenino, la de una mujer que apareció en Shiva disfrazada de pajarito, llena de plumas: Bibiana Araújo.
En este Cara a Cara de PontevedraViva Radio, asegura "Pepe" que su momento, junto a sus compañeros de aventura carnavalera, ya pasó; pero habla con nostalgia del predicamento y seguimiento que entonces tenía "el día de Ravachol" y esboza alguna que otra propuesta para que Ravacholiño no se llegue a diluir entre cenizas.