Vecinos de las calles Padre Luis y Naranjo han trasladado su malestar por la "indefensión" en la que se encuentran ante los botellones que se celebran en estas calles de la casco histórico.
Según el testimonio de estos residentes afectados, este último fin de semana se repitieron las concentraciones de hasta 200 personas "para beber, dar voces, gritar, cantar… en medio de la calle, siendo imposible el descanso del vecindario", afirman.
Aseguran que este problema "se repite en mayor o menor intensidad desde el fin del estado de alarma".
Estos vecinos apuntan que las personas que participan en estos botellones "usan de barra de bar" los jardines del edificio del Museo de García Flórez y la balaustrada de piedra que separa la calle Naranjo de la zona de la Plaza de la Leña.
"Hemos llamado a la Policía Local que nos comunica que está desbordada y que pasarían cuando pudiesen, lo cual han hecho, y en ese momento la mayoría de los chicos allí presentes echaron a correr", relata uno de los vecinos que añade que tan pronto como se marchó la patrulla "estaba otra vez lleno de chavales con sus bebidas".
El malestar se extiende a la suciedad que deja el botellón al día siguiente.