Primer lunes en estado de alarma: la cordura se va imponiendo a la compra compulsiva en los supermercados

Pontevedra
16 de marzo 2020

Después de varios días de carros desbordados y compras compulsivas en grandes superficies y supermercados, en el primer lunes en estado de alarma, la calma se va recuperando y no se registran aglomeraciones en estos centros de alimentación

Ausencia de aglomeraciones en hipermercados y supermercados PontevedraViva

"Esto pasará. Racionalicemos el miedo". Este es un mensaje que cada cierto tiempo recuerda a través de su hilo musical una cadena de alimentación. En el primer lunes con el estado de alarma declarado, los consumidores, al menos en la capital, han empezado a hacer caso a la cordura y dan paso a unas compras con mayor sentido común. 

10 horas. En una de las grandes superficies chequeadas, el aparcamiento está a la mitad de su capacidad. En el acceso al establecimiento un empleado de seguridad va instando a los clientes a que esperen fuera hasta que la persona que ha entrado se limpie las manos con gel desinfectante. Es su primer día en este trabajo y por el momento, la normalidad y el respeto a las normas a las que insta se cumplen sin inconveniente.

En el interior, las medidas higiénicas de cada usuario varían: alguna excepción con mascarilla, unos con guantes y otros sin ellos. Todos clientes de edad adulta, ningún menor. Llama la atención el silencio que en gran medida impera. Una empleada nos cuenta que "parece que ha empezado la vuelta a la normalidad. No tenemos aglomeraciones, ni la locura de comprar ciertos productos. Mejor así, por todos". No obstante en las estanterías de secciones como lácteos, panes elaborados, determinadas carnes, productos de limpieza, o piensos para perros se observan vacíos. ¡Hay papel higiénico! lo que no es posible adquirir son guantes desechables ni geles desinfectantes.

10.40 horas. En el siguiente hipermercado también el aparcamiento se encuentra espacio sin problema. Y de nuevo, para otra persona es su primer día de trabajo, con mascarilla supervisa la entrada de clientes. "Normalidad, sin multitudes", dice. Las estanterías que acusan mayor demanda se repiten. El hilo musical alterna mensajes sobre los nuevos horarios para estos días excepcionales y ese mensaje señalado: esto pasará, racionalicemos el miedo. La plantilla trabaja también con mascarillas.

"Hoy la gente está más tranquila. El fin de semana fue de locos, no recuerdo una cosa igual. Insultos inluso porque eran las nueve de la mañana y no habíamos abierto las puertas. Yo llegué a tener miedo", recuerda una empleada. En este segundo intento tampoco ha sido posible adquirir guantes desechables, alcohol o geles desinfectantes: "no hay, el sábado sacamos 148 botellas y volaron en diez minutos".

11.15 horas. Tercera gran superficie. También hay espacio de sobra para estacionar. Junto a las cestas se ofrecen varias opciones higiénicas, como alcohol, geles y guantes; pero un vistazo entre los consumidores evidencia que la prevención es como el miedo, libre. Se repiten las estanterías con menor mercancía. Dos empleados que reponen se dicen: "¿todo el mundo se va a poner a hacer pasteles estos días?". Tercer intento y sin guantes desechables o geles desinfectantes: "hemos respuesto a la mañana y se agotó". 

"Tenemos un poco más de afluencia que un lunes habitual" nos explica personal de caja. "Hay personas que casi te tiran el dinero y por el contrario otras que de poder, te abrazarían" añade; y una paradoja: quienes vienen preguntando por mascarillas, pero hacen la compra sin unos simples guantes de plástico como prevención.

Supermercados

Los carritos son otro protagonistas de este lunes por la calle. Nunca se vieron tantos; son algo así como una señal de advertencia: yo he salido de casa para ir a la compra. En los supermercados de menor tamaño las medidas se prevención se hacen más evidentes. Colas puntuales en la calle para limitar y controlar el aforo y a la entrada también material de higiene para las manos. Tampoco es posible adquirir los buscados guantes desechables y se han agotado los geles hidroalcohólicos y similares.

Otra de las cadenas de supermercados de la ciudad advierte a la entrada una serie de normas de sentido común: "venga una persona por familia. Evitar que accedan niños, ancianos y personas de riesgo. Usar los guantes que se facilitan a la entrada y tirarlos al salir. Si se tose, taparse con el brazo. Intentar pagar con tarjeta. Nosotros no podemos quedarnos en casa porque tenemos que abastecer a la población. Ayúdanos a hacer nuestro trabajo lo mejor posible y piensa también en nuestra salud".