El terremoto causado en las últimas semanas a raíz de la publicación del libro No publiques mi nombre. Testimonios contra la violencia sexual de Cristina Fallarás ha llegado este martes a Pontevedra con un coloquio entre la propia autora, la ex concejala Carmen Fouces y la periodista Ana López.
La cita llenó el Teatro Principal, que se convirtió en un "espacio seguro" para visibilizar la violencia que sufren las mujeres, muy particularmente la sexual, pero también cualquier otra forma de violencia.
Fue el último acto de la programación municipal diseñada este año con motivo de la campaña 'Son mujer, soy diana' y supuso cerrar el círculo de las actividades del 25N y también de un movimiento que empezó en la ciudad en el año 2016, #PrimAcoso.
Con #PrimAcoso, campaña impulsada por la entonces concejala de Igualdad, Carmen Fouces, se animó a mujeres a denunciar la primera experiencia de acoso y violencia sexual que habían sufrido y acabó convirtiéndose en un modelo luego aplicado en muchos otros contextos.
La periodista y escritora Cristina Fallarás reveló este martes, en una comparecencia ante los medios previa al coloquio, que, para ella, Fouces fue "la precursora de todo" y todo el movimiento que en noviembre cristalizó con la publicación de su libro tuvo su origen aquí.
"Todo esto empezó en Galicia antes del MeToo", señaló Fallarás, que explicó que #PrimAcoso fue en el año 2016, el #MeToo eclosionó en 2017 y su proyecto #Cuéntalo, en 2018. Señaló que, con el paso de los años, se demostró que "este era el modelo, un modelo que sigue funcionando".
En su caso, se dio cuenta, tras años dando visibilidad a los testimonios de mujeres en redes sociales, que faltaba dar "un segundo paso", dar voz a mujeres que no podían escribir sus relatos con sus cuentas personales, que "no pueden sencillamente poner un hashtag porque si tu marido te muele a palos, mejor que no digas desde tu cuenta porque igual cuando llegas a casa te parte la cabeza".
Son muchos los ejemplos de mujeres que no pueden denunciarlo públicamente porque, por ejemplo, "si tu jefe te acosa sexualmente, mejor no lo dices desde tu propia cuenta porque te quedas sin trabajo" o también si sufres violencias sexuales dentro de la familia, pues "normalmente no se cuentan desde el perfil propio".
Tras años visibilizando testimonios a través de #Cuéntalo, se dio cuenta de que "faltaban los testimonios relatados en presente", todas las mujeres hablaban del pasado. En ese momento, "entendí que cuando vas a narrar la violencia machista y la violencia sexual en particular, si vas a narrar el presente, necesitas hacerlo en un entorno seguro y el entorno seguro te lo da el anonimato".
En ese momento, decidió convertir su cuenta de Instagram en un canal para que las mujeres pudieran relatar sus testimonios y luego en un libro, para llegar a aquellas que no tienen redes sociales. Al respecto, matiza que no publica denuncias, sino testimonios con los que "no busca señalar al agresor, sino crear una enorme memoria colectiva de la violencia sexual" que no ha existido antes en la historia de la humanidad.
Fallarás ha destacado la importancia de este movimiento, "de repente miles de mujeres nos hemos puesto a narrar la violencia sexual recibida". Esa violencia sexual "no había sido narrada antes, pero, sobre todo, no había sido narrada con nuestros propios testimonios y en nuestras propias voces".
La escritora y periodista respondió a las criticas que sufre desde que empezó este movimiento anónimo porque "les molesta que la víctima no ponga el cuerpo".
Les responde que "cuando puso el cuerpo la víctima de la manada de San Fermines, acabó diciendo que el proceso fue todavía más doloroso que el del portal; cuando puso el cuerpo Nevenka Fernández se tuvo que exiliar; cuando puso el cuerpo la víctima de la manada de Arandina, vio cómo todo el pueblo salía a la calle a defender a los violadores y cuando ha puesto el cuerpo Elisa Mouliaá ha visto cómo le han destrozado la carrera y tiene amenazas incluso de muerte diarias".
Cristina Fallarás repasó todas estas experiencias en el Teatro Principal como colofón a una campaña de la que Anabel Gulías destaca que se realizó por el trabajo del Concello desde una perspectiva claramente feminista y "asumiendo las responsabilidades" que tienen como institución hacia la identificación de todas las violencias machistas, que son una "cuestión estructural" y creando "espacios seguros".
Uno de esos espacios seguros fue la campaña #PrimAcoso y por eso no podía faltar en esta cita Fouces, como su impulsora. La ex concejala, ahora alejada de la primera línea politica repasó aquella campaña y el trabajo que "fue abriendo puertas" y camino hasta la situación actual.
De los momentos actuales destacó el impacto de las redes sociales en este tipo de campañas, mucho mayores que cuando surgió su campaña en 2016 y también que ahora "se está encendiendo a luz".
Hizo mención a la metáfora del elefante rosa utilizada en la lucha feminista para asegurar que "ahora estamos viendo realmente cómo es el elefante y yo creo que eso eso es fundamental".