Preventiva del Hospital recomienda a una enfermera que ignore su positivo en el test rápido y que siga atendiendo a pacientes de Oncología

Pontevedra
21 de octubre 2020

Sara es una enfermera que trabaja en el servicio de tratamiento de Oncología en el Hospital de Día del Provincial. El jueves 15 de octubre le hicieron un test rápido en el Hospital junto a otras compañeras del servicio. Se enteró que había dado positivo al consultar su historia clínica, cuatro días después, sin que nadie la alertara del resultado a pocas horas de volver a tratar con personas inmunodeprimidas

Test rápido de la covid-19 Laboratorios clínicos

Sara (nombre ficticio para preservar su anonimato) es una enfermera contratada por la gerencia del área sanitaria de Pontevedra - O Salnés, que trabaja durante la semana en el servicio de Tratamiento de Oncología en el Hospital de Día del Provincial y, durante los fines de semana, en distintos Puntos de Atención Continuada (PAC).

El jueves 15, ella junto a otras cuatro enfermeras, dos auxiliares y una celadora mientras realizaban su trabajo en el servicio de Tratamiento Oncológico se encontraron con la noticia de que tenían que someterse a un test rápido para detectar positivos de covid-19. Inicialmente la prueba era solo para el personal fijo, en este caso tan solo dos profesionales, pero al final la supervisora accedió a que se realizase la prueba a todas salvo a una de ellas porque contaba con un contrato de solo una jornada.

Realizaron el test rápido pero nadie les trasladó el resultado en un día en el que ni ellas mismas tuvieron tiempo para preguntar debido al trabajo que se les acumulaba en su departamento. Al no recibir comunicación, todas ellas pensaron que habían dado negativo.

Sara, sin síntoma de covid-19, trabajó el sábado en el PAC de A Parda y el domingo en el de Baltar. Allí hablando con una compañera recordó que todavía no le habían facilitado el resultado del test rápido y decidió consultar su historia clínica para ver si salía reflejado. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que los anticuerpos IgM eran positivos,  lo que indica que el paciente está en la etapa aguda de la infección, según los expertos médicos.

Esta enfermera reconoce que "aluciné", sin entender cómo nadie de la dirección hospitalaria le había comunicado ese resultado ni se había puesto en contacto con el supervisor para indicarle qué debía de hacer al dar positivo en esa prueba. 

LLAMADA A MEDICINA PREVENTIVA

A partir de este momento la historia se vuelve todavía más surrealista. Sara contacta con su supervisor que le remite a que hable con Medicina Preventiva para comentarle su situación. Cuando habla con este departamento, la persona que le atiende la llamada le indica que ellos no habían autorizado esos test rápidos y que, por tanto, se desentienden de su caso. No le ordenan que se vaya para casa ni le quieren realizar una prueba PCR para contrastar este positivo. 

"Igual hay gente que es positiva de verdad y nadie se lo comunica y está contagiando"

Sara le advierte a la representante de Medicina Preventiva que el lunes 19 tiene que volver a trabajar en el área de Tratamientos de Oncología en el Provincial y que tendrá que estar en contacto con pacientes inmunodeprimidos. Por este motivo, le aclara, considera que no debe incorporarse para evitar posibles contagios. La interlocutora de Medicina Preventiva le dice que esas pruebas rápidas no son fiables, "que no le haga caso y que no lo tenga en cuenta y vaya a trabajar porque hay mucho falso positivo", relata Sara recordando la conversación. Ante esta respuesta, la enfermera se niega. Entiende que por responsabilidad no debe acudir al trabajo hasta que le hagan la prueba PCR y compruebe el resultado. Tras diez minutos de debate telefónico, Sara logra que desde Preventiva se solicite una PCR.

Tras coger la baja a la espera de la prueba, este lunes conocía el resultado. La PCR salió negativa y este miércoles 21 tenía previsto reincorporarse al trabajo tal y como le habían indicado inicialmente. Sin embargo, en las últimas horas se han puesto en contacto con ella para pedirle que mantenga cuarentena hasta que realice una nueva PCR. "Ahora ya se le da importancia al test rápido con IgM positivas", apunta la enfermera sorprendida por el cambio de parecer en Medicina Preventiva.

Sara, en todo caso, lcalifica a tardanza de todo el procedimiento como "nefasta" y reconoce que "falta coordinación" en el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHUP). Se pregunta quién dio orden de hacer los test rápidos si no se tienen en cuenta y no alcanza a comprender cómo si sale un caso positivo no se le comunica a una persona que trabaja con pacientes someteidos a afecciones y tratamientos que debilitan el sistema inmunitario. Entiende que esta falta de claridad provoca incertidumbre e incluso ansiedad entre los pacientes que acuden a los centros hospitalarios, además de a los propios profesionales. "Igual hay gente que es positiva de verdad y nadie se lo comunica y está contagiando", se lamenta.

Indica que el personal de enfermería se encuentra muy cargado de trabajo debido a que se ha agotado la lista de espera y no hay enfermeras suficientes para atender de manera holgada todos los servicios. Sara señala que la precariedad de los contratos ha provocado que numerosas profesionales se hayan marchado a la privada o a otros países donde cuentan con mejores condiciones laborales que en Galicia.

Esta enfermera ya ha trasladado su preocupación por esta situación a otras compañeras y tiene previsto comentárselo a los sindicatos para que conozcan el problema porque entiende que tanto el personal como los pacientes "tienen derecho a conocer y a saber".