Pontevedra ya está preparada para viajar a la Edad Media

Pontevedra
06 de septiembre 2013

La ciudad ya se encuentra adornada con telas y recreaciones de construcciones medievales, mientras que los hosteleros ultiman los preparativos para que la Feira Franca de este año vuelva a ofrecer buenos resultados desde el punto de vista económico

Preparativos para la Feira Franca

A lo largo de esta semana, la ciudad se ha ido engalando de cara a una nueva cita con la Feira Franca. Se alzaron almenas en varios puntos del centro histórico y la tela de saco ha cubierto aquellos elementos que rompen con la estética medieval que a partir de la tarde de este viernes 6 comenzará a invadir la ciudad.

Rubén González, gerente de El Cafetín de la Alameda, lleva días organizando una amplia instalación en el entorno de su establecimiento. La novedad de este año es que se ha puesto en contacto con una empresa de montajes para recrear con detalle el ambiente del medievo: "Cada vez intentamos tener mejores instalaciones. Nos hemos puesto en contacto con una empresa de montajes. Ellos aportan la especialización de montaje:  cerrada con palés la entrada, con unos caballeros decorando y mejorando el material con el que contábamos de otros años. Creo que es una fiesta muy importante. Queremos ser fieles a lo que nos pide la organización: todo con madera, telas, cuerdas, el utillaje es todo de barro y madera para que el día sea lo que es". Rubén indica con orgullo que fueron los precursores de que la Feira Franca se fuera extendiendo hacia la Alameda. "Ahora es un hervidero de gente. Desde hace 3 años superamos las 300 reservas. Hace una semana que estamos a tope ya y tenemos que decir que no a algunas reservas". El 80% de estas reservas pertenecen a clientes de otros años como el colectivo de San Roque que lleva 12 años celebrando la fiesta en este espacio. "Por 30 euros damos un aperitivo completo con empanada, unos bollitos preñados, algo de mejillón, pulpo de pulpeira y damos unas carrilleras confitadas con manzanas y setas respetando ingredientes que pudieran estar presentes en la época con surtido de postres, vino, licores", así explica Rubén el menú previsto para esta edición, uno de los muchos que se ofrecerán el sábado en el entorno del centro histórico.

Paulo Rocha, propietario de la confitería El Palacio en los Soportales de A Ferrería, también se muestra satisfecho con los encargos previstos para este año: "La demanda principal son las empanadillas fritas. Está preparada una tirada de mil unidades e incluso podría haber una tirada más. Y aparte los productos típicos: la bica gallega, el brownie, la trenza riojana que es un postre super rico". En el puesto que instalarán el sábado ofrecerán un producto nuevo, las empanadillas fritas integrales, además de caipiriñas. "La Feira Franca tenemos que optimizarla porque es el último día del verano con buena recaudación" indica Marcel que se muestra muy satisfecho con la organización de este evento, "yo he tenido oportunidad de trabajar en otras fiestas y ésta a nivel de respuesta de público y de mentalidad de adaptación a lo medieval es muy buena".

Esta sensación positiva no se observa en el Mercado de Abastos. Durante estos días, los encargos masivos de otras ediciones se han olvidado. El carnicero Jaime Veiga señala que "contamos con muy pocos encargos particulares. Para bares y restaurantes, los encargos sí están yendo como el año pasado". Apunta que las principales peticiones para esta fiesta histórica se centran en callos de ternera, cacheiras, orejas y carne ao caldeiro. Jaime aguarda que en las últimas horas se produzca un aumento de las ventas: "A lo mejor vienen hacia el fin de semana. La gente hoy sabe que hay de todo y esperan a última hora".

Hay quien entiende que la crisis también marca el desarrollo de la Feira Franca. Es el caso de la agrupación de A Pedreira que hasta el 2012 organizaban una espectacular cena en la Plaza de Mugartegui en la que llegaron a contar con 170 comensales. Ernesto Filgueira, uno de los promotores, indica los motivos por los que decidieron suspender la cita gastronómica. "No queremos bajar el nivel de esta tradición. Podíamos organizar la cena por 25 euros pero antes poníamos vino de buenas bodegas de las Rías Baixas y lo que no estamos dispuestos es a poner ahora vino de tetra-brik". En todo caso, espera poder recuperar en próximas ediciones aquella veterana cena en la que se preparaba un exquisito porquiño á brasa "tan pronto como se vaya resolviendo la crisis económica".

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