El Partido Socialista de la provincia de Pontevedra, con motivo de la exhumación del dictador Francisco Franco, organizó en la calle 12 de Novembro, junto al monumento a los fusilados aquel día del 1936, un homenaje a las víctimas de franquismo.
Bajo un intenso aguacero y con la presencia de familiares de las víctimas y simpatizantes del socialismo, representantes de la agrupación provincial pronunciaron discursos en condena del régimen del 36 y en defensa de las libertades y la memoria de los represaliados para luego realizar una ofrenda floral a los pies del monolito en el que están grabados los nombres de los diez pontevedreses asesinados aquella triste jornada.
Las palabras de alegría por el traslado del cuerpo de Franco del Valle de los Caídos fueron las más repetidas por los cinco representantes del socialismo que intervinieron en este acto. "España acaba coa vergoña de ter un monumento para enxalzar a un ditador", declaró el secretario xeral del PSOE en la provincia de Pontevedra, David Regades, al inicio de la jornada.
Después de citar a aquellos diez fusilados el 12 de noviembre de 1936 por "negarse a apoiar un réxime militar e golpista" y citar al exconcejal Antón Louro, que promovió la instalación de este monumento, Regades remató diciendo que "o socialismo tiña unha ferida aberta que hoxe comeza a pechar".
A Amancio Caamaño, Telmo Bernárdez, Luís Poza, Paulo Novás, Germán Adrio, Benigno Rey, José Adrio, Víctor Casas, Juan Rico y Ramiro Paz, los diez fusilados en Pontevedra aquel día que da nombre a la calle en la que se celebró este acto; también los citó María Fernández, responsable de memoria histórica del PSOE en la provincia. "É un acto de dignidade e de xustiza para as vítimas e a democracia", señaló antes de condenar que en el Valle de los Caídos existiera "un mausoleo para os gañadores e unha fosa para os perdedores".
Uno de los momentos más emotivos del día fue el de la intervención de Marica Adrio, sobrina del represaliado José Adrio e hija de Gonzalo Adrio, socialista que falleció hace un año sin poder ver la exhumación del dictador, lamentó su descendiente.
A continuación tomó la palabra Maica Larriba, subdelegada del gobierno y secretaria xeral de la agrupación municipal del PSOE, para destacar este día como "un triunfo para los demócratas y un reconocimiento a la dignidad de los que lucharon por la democracia".
El tiempo para los discursos concluyó con las palabras del secretario xeral del Partido Socialista de Galicia, Gonzalo Caballero, que calificó este día de "histórico" en el que "el PSOE cumple su compromiso con una demanda planteada durante décadas por la sociedad civil". Después de poner en valor el papel del socialismo a lo largo de estos más de cuarenta años de democracia, Caballero habló de "ledicia contida ao lembrar os momentos de falla de liberdade neste país".
Algo en lo que coincidieron la mayoría de los políticos fue en destacar el papel del presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez por cumplir su palabra y conseguir el traslado del dictador para que el Valle de los Caídos deje de ser un mausoleo en el que "honrar al dictador, mientras sigue habiendo miles de desaparecidos".
La lluvia dio una pequeña tregua, que los socialistas aprovecharon para colocar una corona de rosas rojas a los pies del monolito en señal de recuerdo y respeto por todas las víctimas del franquismo.