El Concello ya tiene destino para los 6.2 millones de euros al que ascendió el superávit en el pasado ejercicio 2018. Eso sí, no será una inversión inminente. Será una de las primeras medidas que se adoptarán en el próximo mandato municipal.
El Gobierno de Pedro Sánchez, a través de los decretos aprobados en el Congreso, ha autorizado al gasto de este dinero, pero el destino del superávit debe ser aprobado en el pleno de la corporación y éste, debido a las próximas elecciones, ya no se volverá a reunir.
El edil de Facenda, Raimundo González, ha adelantado sin embargo cuáles son los planes del Concello, si después de mayo el BNG revalida la Alcaldía. Así, 4.2 millones de euros serán para las denominadas inversiones financieramente sostenibles.
Uno de los proyectos estará relacionado con la eficiencia energética. El gobierno municipal continuará con la renovación de la iluminación en el rural, sustituyendo las luces actuales por LED. La intención del Concello es completar todas las parroquias de la zona norte del municipio: Santa María de Xeve, San Andrés de Xeve, Verducido y Campañó.
A Canicouva, Ponte Sampaio y Bora son, actualmente, las únicas parroquias de Pontevedra en la que ya se ha completado la renovación total del sistema de iluminación.
Además, el Concello prevé avanzar en algún proyecto de urbanización en la ciudad. Con toda probabilidad, según Raimundo González, se destinará dinero del superávit para abordar la reforma de la calle Loureiro Crespo, valorada en 2.5 millones de euros, y cuyo proyecto ya ha sido redactado por los técnicos municipales.
El resto del superávit, unos 2 millones de euros será para reducir la deuda municipal, que a finales de 2018 ascendía a 12 millones, su cifra más baja desde hace más de veinte años.
La intención del Concello es ir reduciendo esta deuda paulatinamente hasta saldarla por completo, recortando año a año los préstamos bancarios vigentes.