Pontevedra ya cuenta oficialmente con la primera residencia local para personas con discapacidad. Está gestionada por la asociación Juan XXIII y se inauguró de forma oficial este miércoles.
Las nuevas instalaciones cuentan con 24 plazas residenciales y 11 plazas de centro de día y fueron posibles gracias a la colaboración entre la asociación Juan XXIII, la Xunta, el Concello de Pontevedra, la compañía ENCE y la Fundación ONCE.
En la inauguración hubo una amplia representación de todas las instituciones y también de todos los partidos políticos, encabezada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la concejala de Bienestar Social de Pontevedra, Anabel Gulías.
El presidente de la Xunta aprovechó el acto para hacer un anuncio. Tras concertar el 100% de las plazas de la residencia, la Xunta "va a asumir el concierto de otras seis plazas del centro de día durante 2025".
Esta nueva residencia y centro de día de la calle Fotógrafo Zagala ofrece una atención especializada la personas mayores de 18 años con discapacidad intelectual y da respuesta a una necesidad para muchas familias que tienen edad avanzadilla y no pueden cuidar de su familiar con discapacidad.
Además, atienden a personas con discapacidad intelectual con deterioro cognitivo causados por la edad y que necesitan de atención y apoyos específicos.
Todas las personas que usen esta residencia tendrán un programa específico de actividades para mantener y desarrollar sus capacidades físicas y cognitivas, todo con atención individualizada a las necesidades específicas de las personas en diferentes áreas como salud, rehabilitación, apoyo psicosocial, cuidado personal, talleres terapéuticos y ocio y tiempo libre.
La Xunta aportó 339.000 euros para la construcción y equipación de la residencia y contribuirá a su funcionamiento con una inversión anual de 750.000 euros para la llevanza de plazas públicas.
Rueda destacó la importancia de este proyecto para atender una necesidade creciente en Galicia como es la el aumento de la demanda de servicios sociales especializados, especialmente en un contexto de envejecimiento de la población.
Para el presidente, centros y asociaciones como Juan XXIII son "imprescindibles" para ofrecer la ayuda necesaria a las personas con discapacidad y sus familias, para que reciban "la atención que merecen".