Las víctimas de violencia de género, como todas las víctimas, tienen nombres y apellidos y son más que una estadística, pero, para comprender la dimensión de esta lacra social, muchas veces se hace necesario tirar de cifras y hacer una radiografía de la problemática. Este 25 de noviembre, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos acercamos a esos datos, muchas veces fríos, relativos a la provincia de Pontevedra.
Desde que en el año 2003 empezaron a realizarse estadísticas, en España han sido asesinadas 1.074 mujeres, 63 de ellas en Galicia y 26 en la provincia de Pontevedra. En esta provincia, según los datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, 6 niños quedaron huérfanos en 2015 como víctimas de violencia de género, 1 en 2016, 1 un 2017, 1 en 2018 y 2 en 2019, en este último caso tras presenciar el asesinato de su madre, su abuela y su tía en Valga.
Las muertes son la cima de una pirámide en cuya base hay miles de víctimas que sufren violencia física o psicológica. De ellas, a día 23 de noviembre, 1.093 recibían protección dentro del sistema de seguimiento integral VioGén en la provincia, 13 en una situación de riesgo alto y 163 de riesgo medio.
Uno de los datos significativos que arrojan las estadísticas es el porcentaje de reincidencia, pues 288 de esas mujeres tienen o han tenido más de un agresor, y 233 maltratadores tienen más de una víctima, muchas veces coincidentes en el tiempo.
Este dato "preocupa mucho" a Manuela Vilaboy Romero, jefa de la Unidad Contra la Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, que explicó a PontevedraViva que estas víctimas llegan a esta situación porque "emocionalmente, psicológicamente están tan anuladas por el primer agresor que al final incluso da la sensación que están con otras personas que tienen perfiles parecidos, se van reproduciendo los mismos patrones".
Por edades, esta semana, la franja con más casos es la que comprende a las mujeres entre 31 y 45 años, con 486 casos, cuatro en riesgo alto. Además, preocupa la juventud de las víctimas, pues hay siete menores de 18 en el sistema y otras 277 de entre 18 y 30 años, de las cuales cuatro están en riesgo algo. De 46 a 64 años hay 286 casos, también 4 en riesgo algo; y hay 40 mujeres mayores de 65, una de riesgo algo.
A Manuela Villaboy le preocupan todos porque le parece "tremendo" que haya niñas menores de 18 años que tienen un agresor y porque son víctimas de violencia de género, pero también pensar en las mayores de 65 años, pues esas 40 son solo un porcentaje muy pequeño de las maltratadas.
"Por la cultura en la que vivimos y la educación que recibimos, hay muchas situaciones que no se detectan como violencia, algunas lo tienen tan normalizado porque es lo que vivieron toda la vida y lo están sufriendo", valora Vilaboy, que añade que, de las 1.093 víctimas con casos activos esta semana, 213 son extranjeras, tres en riesgo alto. En cuanto a los agresores, tan sólo 184 son extranjeros, el resto de nacionalidad española.
Según los datos de la Delegación del Gobierno, este año 2020 hay 149 usuarias del Servicio de Atención y Protección a las víctimas (Atenpro), cifra similar a las 156 de 2019, 139 de 2018, 144 de 2017 o 149 de 2016.
En cuanto a los agresores, en la última actualización de octubre había 26 con dispositivos activos en el sistema de seguimiento telemático (con un GPS puesto por orden judicial). La cifra es superior a la de los últimos años pues en 2019 había 17 en la provincia, en 2018 eran 21 y en 2017 tan solo 18.
El confinamiento y la situación de emergencia sanitaria por la covid-19 apenas ha influido en las estadísticas de este 2020. Sí se notó un descenso de las denuncias en las primeras semanas de estado de alarma, pero los niveles de denuncias se equipararon en cuestión de semanas a las de años anteriores y "no hay una diferencia significativa del número de casos" con respecto a 2019.
Como ejemplos, en Bueu, entre enero y mayo creció un caso activo en el sistema VioGén; en Cambados, dos, de 19 a 21; en Marín pasaron de 34 en enero a 36 en mayo, 32 en agosto y 31 en octubre 31; en Poio, pasaron de 23 casos en enero, a 22 en mayo, a 22 en agosto y 25 en octubre; y en Pontevedra había 87 en enero, 85 en mayo, 89 en agosto y en octubre, 80. Sí hay lugares con incrementos importantes, pero son casi la excepción. Uno de ellos es Vilanova de Arousa, que tenía 11 en enero, subió a 14 en mayo, y en agosto y octubre, 18.
Durante el confinamiento, las víctimas sí llamaron más al número 016 de atención a las víctimas de violencia de género, pero en el cómputo general del año las cifras se han equiparado a las de años anteriores, teniendo en cuenta que en las estadísticas tan solo se contabiliza hasta el 2 de octubre. Así, en esos nueve meses de 2020 se han recibido 792 frente a las 890 de todo el año 2019 o las 1.094 de todo 2018.
Por meses, llama la atención el incremento de abril, que pasó de 70 llamadas en la provincia en 2019 a 128 en 2020, pero también los datos de marzo (de 76 a 90), mayo (de 60 a 126 en un año), junio (de 75 a 104) o julio (de 89 a 135)