El gobierno municipal de Poio mantendrá la próxima semana una reunión con los responsables territoriales de Abanca para abordar con ellos el recorte de los servicios que la entidad bancaria presta actualmente en el municipio.
En ese encuentro, el Concello exigirá que se mantengan operativas todas las sucursales de las que Abanca dispone en Poio, especialmente la de Campelo, que el banco quiere cerrar en septiembre, trasladando todo el servicio a Combarro.
Además, le pedirán que instalen un cajero automático en Raxó, un servicio del que el vecindario carece desde el cierre de la oficina hace más de un lustro.
Con respecto al futuro de la oficina de Campelo, el Concello ha convocado a todo el tejido asociativo de San Xoán para abordar esta problemática. Esta zona del municipio quedaría solo con un cajero automático y sin atención al público. Será a partir de las 20.00 horas, en el local sociocultural de Campelo.
La reunión tendrá lugar un día después del pleno convocado para el jueves, a las 19.30 horas, en el que, entre otros temas, se prevé la aprobación de una moción impulsada desde el gobierno municipal en la que se postula en contra de la medida tomada de manera unilateral por Abanca.
En caso de que esta decisión continúe adelante, el Concello apuesta por la cancelación de sus cuentas en esta entidad. Precisamente, uno de los temas a tratar en la reunión del viernes será animar al tejido asociativo la que también se sume a esta medida.