"Perdí la cabeza un día. Pido perdón a mi familia y, sobre todo, a las víctimas"

Pontevedra
07 de noviembre 2024
Actualizada: 19:04

Andrés de Vicente usó el derecho a la última palabra en el juicio contra él por intento de asesinato a un periodista para disculparse. Antes del juicio, ya pagó las idemnizaciones a los afectados

Juicio contra 'Capi', el agresor de Rajoy, por intentar matar a un periodista
Juicio contra 'Capi', el agresor de Rajoy, por intentar matar a un periodista / Mónica Patxot

Andrés de Vicente Fuentes, 'Capi', quiso pedir perdón este jueves por su actuación del 14 de julio de 2023, cuando cogió un rodillo de cocina y un cuchillo de 18 centímetros, fue a la delegación pontevedresa de La Voz de Galicia"frustrado" por las noticias que los medios de comunicación publicaban sobre él y atacó a un periodista

"Perdí la cabeza un día. Pido perdón a toda mi familia y, sobre todo, a las víctimas", dijo al término del juicio, pasadas las tres de la tarde de este jueves, haciendo uso de su derecho a la última palabra. LEE AQUÍ EL CONTENIDO DEL JUICIO

Ese perdón está motivado, según explicó, por "escuchar" a sus víctimas. Habla en plural porque aquel día atacó con un rodillo y un cuchillo a un periodista, pero, instantes antes, también se había dirigido a otra trabajadora del periódico, la primera que se encontró con él porque estaba en recepción.

Esta mujer sufrió un ataque de ansiedad porque, tras entrar con un rodillo y recriminarle "que le estábamos haciendo daño y que íbamos a acabar con su vida" por las informaciones que se estaba publicando sobre él, empezó a golpear una mesa y un ordenador con un rodillo. Ella huyó y no sufrió daños. 

Ese perdón de Capi "por lo que hice" va dirigido "a ellos y a sus familias", dijo, en una intervención que duró apenas unos segundos tras cinco horas de juicio en las que fue mostrándose progresivamente más nervioso

La Fiscalía califica los hechos de asesinato en grado de tentativa y, antes de llegar a juicio, el periódico afectado también se sumaba a esta acusación, pero este jueves cambió su calificación y tan solo ve dos posibilidades: homicidio en grado de tentativa o lesiones agravadas. 

En todo caso, el abogado defensor sostuvo que consideran que sus hechos no pueden desligarse de las patologías psiquiátricas que presentaba y que debe aplicársele la circunstancia eximente incompleta de alteración psíquica y condenarle a una pena de ingreso en un centro psiquiátrico especializado de régimen cerrado.

Esta misma idea la comparte la abogada que representa a un agente de la Policía Nacional que resultó herido durante la detención, pues ambos letrados sostienen que en sus hechos no hubo alevosía y que tenía las facultades alteradas por varias patologías psiquiátricas. El fiscal, sin embargo, pide ocho años de prisión.

Este perdón con el que quiso terminar el juicio viene acompañado de una reparación del daño. Antes del inicio del juicio ya había indemnizado a los dos trabajadores afectados, al policía herido y al propio periódico por los daños que le provocó en mobiliario y material informático.  De hecho, el fiscal tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de reparación del daño y rebajó la pena de multa que le pedía por un delito de daños, que pasó de 6.300 a 1.690. 

Antes del juicio hubo un intento de acuerdo de conformidad entre las partes, si bien finalmente la Fiscalía lo descartó. Ese acuerdo salió a relucir este jueves durante la vista en la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra.

Andrés de Vicente es conocido en toda España porque en 2015 agredió al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Pontevedra. En los años siguientes, fue detenido por agredir a un dirigente de Vox también en la ciudad del Lérez con el que luego llegaría a un acuerdo extrajudicial y fue condenado con su conformidad por una agresión en un bar en Ourense. La misma semana de esa última condena acudió a este periódico a pedir explicaciones por el trato que le han dado los medios de comunicación durante "años", en los que considera que se han dicho "mentiras" sobre él y le han tratado como a un "monstruo".