- "Mira, un parruliño".
- "Si, achegádevos todos, é unha femia do pato ou parrulo".
- "Aquí estamos nunha carballeira, un luxo no medio de Pontevedra".
- "Que ben sona ese paxaro!".
Sergio, Carlos, Maika, Esteban, Julio, Rosa, Antonio, Miguel, Mari, Diego y Rosa Meis son ya once nuevos enamorados del río Gafos. A diario pasan varias horas a apenas unos metros de la calle Alcalde Hevia, donde empieza el tramo descubierto y urbano del río, pero no tienen oportunidad de conocer todas las posibilidades que ofrece. Este viernes se acercaron a todos sus secretos de la mano de un cicerone de lujo, el presidente de Vaipolorío, Gonzalo Sancho.
Los nuevos 'fans' del Gafos son once personas con parálisis cerebral usuarias del centro de día de la asociación Amencer-Aspace en la calle Iglesias Vilarelle de Campolongo y realizaron un recorrido guiado por el tramo urbano del Gafos hasta la estación de autobuses acompañados por otros tantos trabajadores y voluntarios de la entidad social.
Gonzalo Sancho les dio a conocer especies de fauna y flora que muchos pontevedreses desconocen a pesar de estar en pleno corazón de la ciudad, pero, sobre todo, les llevó de paseo con la "idea principal de que disfruten do entorno". Eligió la zona urbana entre Alcalde Hevia y la estación por su accesibilidad, pues tiene pistas y caminos de madera que facilitan su uso para personas con discapacidad intelectual que, en su mayor parte, se mueven en silla de ruedas o tienen dificultades para caminar.
Entre otros secretos del Gafos, el presidente de Vaipolorío les presentó un pájaro "pouco vistoso, que é moito das espesuras e sona moi ben". Trátase do Reiseñor bastardo, una especie de ave que se da especialmente en esa zona urbana.
La de este viernes era la primera salida guiada de personas usuarias de Amencer con Vaipolorío, pero el buen resultado de la misma ya hace pensar en protocolizar las relaciones tal y como están con otros colectivos de Pontevedra.